Hay canciones que al igual que las modas pasan sin pena ni gloria. Sin embargo, hay otros temas que se popularizan a nivel mundial y a diario son interpretados por cientos de personas.

Y este es el caso del tan entonado “Cumpleaños Feliz”, ya que un nuevo hallazgo en torno a esta canción puede generar un gran problema a nivel jurídico en Estados Unidos.

Esto partió porque la Universidad de Louisville, en el estado de Kentucky, reclama haber encontrado en su biblioteca una partitura correspondiente al año 1893 que podría ser la base de la canción propia de toda celebración.

“Está en diferente clave a las notas que se cantan de manera cotidiana en todo el globo, explica el bibliotecario jefe de la la Casa de Estudios James Procell, quien afirma que “pese a eso es muy similar”.

Las notas han aparecido en un cuaderno correspondiente a Mildred Hill, nativa de Louisville, quien escribió la canción Good Morning (buenos días) junto a su hermana Patty para enseñársela a sus alumnos en la guardería que ambas tenían, es lo que publicó el medio de noticias El País.

Esa es la base del tan conocido y cantado Cumpleaños Feliz y también el enunciado de la partitura que se encontró ahora. Asimismo, Procell señaló que tanto el manuscrito como otros documentos relacionados a la canción llegaron a la biblioteca en la década del 50 como parte de una donación de una de las amigas de las hermanas Hill. Sin embargo, como dicho obsequio nunca se clasificó, los documentos permanecieron ocultos en el anonimato por décadas hasta ahora que se reveló este descubrimiento.

Tal hallazgo solo sería una anécdota más de no ser porque los derechos de autor de este himno tan famoso, son parte de un proceso judicial que se realiza en Los Ángeles. Aunque la melodía está libre de derechos en otros países, en EE UU no es así.

Tales derechos corresponden a la compañía Clayton F. Summy, empresa que los adquirió en 1935 y pasaron a Warner en 1990 tras una transacción de US $5 millones. La licencia tiene vigencia hasta 2030 en EE.UU. y se estima que la firma discográfica gana unos 2 millones de dólares cada año.

Asimismo, cantarlo en privado no es problema, pero entonarlo en cualquier acto público o con fines comerciales debe ser autorizado por la firma y recibir el pago por derechos correspondientes.

Razón por la que un grupo de artistas y directores denunció que los derechos no son válidos y reclamaban a Warner la devolución de los derechos cobrados, según ellos, indebidamente.

Un caso que aún no se esclarece y que puede dar un giro con la aparición fortuita de dicha partitura.