La música desencadena distintas funciones del cerebro, lo cual explica porqué si una canción canción gusta genera placer y un tema favorito puede sumergir en la nostalgia, según un estudio.

Neurólogos de Estados Unidos recurrieron al escáner con imágenes de resonancia magnética (fMRI) para hacer un mapeo de la actividad cerebral en 21 voluntarios que escucharon distintos tipos de música, incluyendo rock, rap y clásica.

Escucharon seis temas de cinco minutos cada uno, incluyendo cinco considerados “icónicos” para cada género, una canción que no era familiar y, mezclado entre la selección, un tema favorito de la persona examinada.

Los científicos detectaron patrones de actividad cerebral que pusieron en evidencia el gusto o disgusto del tema escuchado.

También advirtieron una actividad específica cuando se escuchaba la canción favorita.

Escuchar música que a uno le guste, sin ser la favorita, abre un circuito neuronal en ambos hemisferios cerebrales denominado la red de modo por defecto, que se considera desempeña un papel en los pensamientos “concentrados en lo interior”.

Pero escuchar una canción favorita también desencadenó actividad en el hipocampo, la región del cerebro adyacente, que desempeña un papel fundamental en la memoria y las emociones vinculadas a la socialización.

La investigación, publicada en la revista Scientific Reports, fue encabezada por Robin Wilkins de la Universidad de Carolina del Norte, en Greensboro.

Los autores quedaron además sorprendidos al constatar que los patrones de fMRI eran muy similares a pesar de que la preferencia musical es una cuestión muy individual.

“Esas conclusiones pueden explicar porqué estados emocionales y mentales comparables pueden ser experimentados por gente que escucha música tan distinta como Beethoven y Eminem”, agregan.

Jean-Julien Aucouturier, un investigador del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) señaló que el estudio completa la teoría acerca de cómo la música afecta el cerebro.

“Hasta ahora, teníamos la hipótesis de que las canciones favoritas eran una especie de estímulo superlativo que desencadena el mismo patrón de actividad cerebral, aunque más intenso, comparado con otras canciones”, explicó el experto a la AFP.

“Este estudio muestra que no es una actividad más intensa en ciertas partes del cerebro lo que se produce, sino una mayor conectividad entre diferentes partes”.

Los resultados sugieren que escuchar la música favorita podría ayudar a tratar la pérdida de memoria, según Aucouturier. Se necesitarán sin embargo nuevos estudios para avanzar en esa dirección, advirtió.