Para los niños, pasar tiempo jugando con sus padres es algo invaluable y, sin duda, un recuerdo que tendrán por el resto de sus vidas, pero muchas veces los papás se entusiasman con estos juegos y pueden llegar un poco bruscos, los que, si bien le fascina a los pequeños, pueden ser bastante peligrosos, sobre todo en los niños menores de cinco años.

Este momento de esparcimiento y felicidad puede causar daños graves e irreversibles en los niños debido a hemorragias internas que pueden provocarse con juegos como lanzarlo al aire o zamarrearlo, prácticas que para algunos expertos es considerada una forma de maltrato debido a los efectos que tiene.

Los infantes con algún tipo de daño por estas prácticas pueden presentar agresividad, desvanecimientos y somnolencias, síntomas que no se relacionan inmediatamente con estos juegos bruscos debido a que las hemorragias, por ejemplo, se detectan luego de tres días.

Esto se debe a que es posible que se produzcan rupturas a nivel de los vasos sanguíneos, provocando sangramiento intracraneal que causaría daño cerebral, ceguera, sordera, parálisis, disfunción motora e incluso la muerte.

La recomendación general es evitar cualquier movimiento violento con los niños y sobre todo evitar jugar al “avioncito”, donde se toma de las muñecas a los pequeños para hacerlos girar, o lanzarlo al aire para luego atraparlo. Tampoco se debe sacudir al niño para llamarle la atención o en caso de que no reacciones.

Toma en cuenta estas recomendaciones y procura que los juegos con tus hijos sean más tranquilos.

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