Las cinco primeras etapas del Dakar se supone que eran para ir entrando en calor, tomar ritmo competitivo y preparar el desembarco de lo que serán los tramos chilenos, donde se estima sería lo más complicado y duro de la prueba, sin embargo, los pilotos se encontraron con todo lo contrario, rutas de alta complejidad en cuanto a conducción y navegación, todo esto sumado a los más de 40 grados de calor que azotaron a los deportistas durante cada jornada.

“Sinceramente las etapas de argentina fueron un infierno, el calor era tan fuerte que en un momento pensé en bajarme de la moto y no correr más. Incluso daban ganas de no volver a correr el Dakar en estas condiciones”, señaló Rodrigo Ramírez, líder de la categoría 4×4 de los cuadriciclos y 6° de la clasificación general.

Añadió que “además las etapas fueron muy duras y cansadoras, pasamos por lugares realmente complicados. No sé cual era la idea, quizás dejarnos a todos en Argentina, porque se suponía que las mayores dificultades estarían en Chile, pero si le veías la cara a los pilotos ayer, estaban todos destrozados”.

En tanto Barry Cruces, coequipo de Ramírez, tiene la misma percepción: “Es mi debut, pero debo decir que fue muy duro. Hay que tener un aguante muy grande para soportar todo esto. Tenía la idea de que en Argentina eran etapas más llevaderas, no fáciles, pero tampoco dan complicadas. Y ni hablar de calor, insoportable durante las especiales. Yo tuve la mala fortuna de enterrar el Quads y me tomó mucho rato sacarlo a todo sol. Como dice Rodrigo, fue un infierno”.

Respecto de lo que viene, Ramírez cuenta que “En Chile se viene difícil también, pero al menos tenemos la experiencia de que ha hemos corrido en estos paisajes, así que esperamos seguir bien como hasta ahora”.