La jueza que se ocupa de la demanda de divorcio interpuesta por el presidente de Guatemala, Alvaro Colom, y su esposa, Sandra Torres, para allanar el camino a la candidatura presidencial de la primera dama, denunció este viernes amenazas de muerte en su contra.

La magistrada, Mildred Roca, que este viernes tenía como fecha límite para dictar sentencia, afirmó en rueda de prensa que la “amenaza provino de una llamada telefónica” y su interlocutor era un hombre que le aseguró que lo hacía “en defensa de la Constitución” guatemalteca.

El desconocido también la amenazó con que algún miembro de su familia sería ejecutado si ella resolvía dar lugar la demanda de divorcio.

Pese a las amenazas, la jueza dijo que seguirá al frente del Tribunal Segundo de Familia. Como medida de protección, señaló que ahora cuenta con protección personal.

Roca tenía hasta este viernes para dictar sentencia, pero se negó a divulgar su veredicto al argumentar que primero tienen que ser notificadas las partes sobre su resolución.

“Hoy se vence el plazo legal para proferir la sentencia respectiva (pero) yo no daré información hasta que no estén notificadas las partes interesadas y, si la sentencia sale hoy, ellos (no) serán notificados hasta el lunes. Antes de esa fecha no doy ninguna información”, afirmó.

Este mismo viernes, La Sala Tercera del Ramo Civil dio trámite a un amparo que busca suspender el divorcio de la pareja presidencial, indicó la judicatura. El recurso fue planteado por el abogado Álvaro Del Cid, en representación de un grupo de jóvenes.

Al darle trámite a la acción, la jueza Roca remitió a dicha sala los antecedentes del caso, pero se desconoce si ya emitió o no un fallo.

La demanda de divorcio fue presentada el 11 de marzo con el propósito de evadir un artículo de la Constitución que prohíbe al cónyuge del presidente de turno aspirar a la jefatura del Estado.

Torres lanzó su precandidatura el 8 de marzo.

El divorcio pondrá fin a un matrimonio de ocho años, celebrado en febrero de 2003 mediante una ceremonia civil y una religiosa maya, ya que Colom es sacerdote de ese culto, un privilegio que pocos mestizos alcanzan.

La decisión de divorcio con fines políticos desató airadas críticas contra la pareja presidencial e incluso hubo juristas que especularon sobre un posible delito de fraude.