Iniciar y mantener una relación amorosa saludable siempre es complejo, más allá del amor que ambos se profesen. Aceptar a otra persona como parte de tu vida, involucrarse en una dinámica relacional que va mutando constantemente y, además de todo, mantener tu independencia, no es un juego fácil.

Conforme avanza la edad, existen personas que sienten la necesidad de estar en pareja ya sea porque se lo plantean como un objetivo o porque sienten que su vida sería más plena viviéndola “de a dos”.

El tema es que no todos se dan el tiempo de reflexionar sobre lo que realmente quieren para su vida respecto a una “media naranja”. Realizar esta lectura es imperante, puesto que te ubica a ti como el sujeto más importante y así es como debe ser a la hora de iniciar una relación. Jamás olvidar tus propios intereses, tus deseos respecto a la vida en pareja y menos tus sueños.

Lamentablemente en estos tiempos existen cada vez más parejas que siguen acompañándose por costumbre, por miedo al cambio, inseguridades o simplemente por el temor de provocarle daño al otro si toman la palabra y terminan con su relación.

Trinity Kubassek (cc)
Trinity Kubassek (cc)

Acompañarse, apoyarse, cuidarse, compartir intereses, aventuras, disfrutar de la sexualidad, son factores claves en cualquier relación saludable, pero si por el contrario, te sientes cada vez más ‘atrapado’, disconforme o ni siquiera recuerdas lo que te enamoró de tu pareja, entonces no vas por buen camino.

El doctor en terapia de pareja y familiar de la Universidad de Pensilvania, Stephen J Betchen, explica en una columna publicada en el portal Psychology Today, que existen ciertas señales que podrían indicar que las cosas no andan muy bien en tu relación y que tienen que ver principalmente con cómo te sientes en el día a día.

En sus años de experiencia, Betchen asegura que ha visto demasiadas parejas que parecen “incapaces de liberarse de una relación terriblemente infeliz”, y que no importa cuánto intenten ayudarlos sus familias, amigos o terapeutas, porque simplemente parecen estar estancados en una “parálisis relacional”.

En este contexto, el autor de Magnetic Partners, texto en el que enseña a parejas a identificar los conflictos de su relación para convertirlos en una herramienta de apoyo y vinculación, entrega al menos 7 señales que podrían ayudarte a reflexionar sobre aquella decisión que no quieres tomar.

1.- Si te sientes crónicamente infeliz

El terapeuta señala que si bien una cierta cantidad de conflictos es algo normal y hasta saludable en una relación madura, no es normal que te sientas en un estado constante de infelicidad, pues esa sensación no es más que un signo de sentirse atrapado en algo en lo que no deseas estar.

2.- Si estás somatizando

Si crees que tus problemas emocionales están traspasando la barrera de la somatización y evidencias síntomas físicos, podrías estar expresando sentimientos de ansiedad o depresión a través de tu cuerpo.

Si esto ocurre, es evidente que todo tu organismo te está advirtiendo que estás viviendo una situación en la que no deseas estar y/o a la que le temes salir.

Garon Piceli
Garon Piceli (cc)

3.- Si te sientes constantemente ‘estresad@’

Como el académico indicaba anteriormente, discusiones que duran poco y que se solucionan conversando, no tienen nada de malo, pero cuando estas peleas se transforman en una forma de vida. ¡Vete!

Existen muchas parejas que aseguran estar enamorados y respetarse, pero ante cualquier conflicto se enfrascan en peleas y discusiones hirientes que no hacen otra cosa que ir destruyendo poco a poco la relación.

“Las personas que permanecen juntas, pero que pelean constantemente demuestran que son incapaces de resolver sus problemas juntos, además de dejar en evidencia su intolerancia a la separación”, señala.

4.- Si te sientes controlad@ por tu pareja

Todos alguna vez hemos visto una dinámica de este tipo en relaciones de amigos o conocidos. En este sentido, Betchen ejemplifica: “Invitas a esta pareja a una cena y la persona controladora decide no ir por una variedad de razones ilógicas o irracionales. La persona controlada acepta las razones del otro por temor o simple inseguridad, pese a que pueda querer ir a tal cena”.

El tema es que de afuera podríamos pensar que el “controlador” es libre, sin embargo, a menudo se excusará con factores externos. En el ejemplo anterior te dirá cosas como que los invitados le caen mal, el momento de la fiesta no es adecuado, la ubicación es incómoda, etc.

En el otro lado, la pareja controlada afirma ser víctima constante de su ‘partner’ controlador pero ella tampoco es capaz de liberarse de esa manipulación, con algo tan simple como decir “Está bien, quédate en la casa. Iré sin ti”. Sin embargo, esa sencilla frase podría ser “demasiado arriesgada” para una pareja con esa dinámica.

“Sólo presenté este ejemplo relativamente suave para plantear el tema, pues ciertamente hay ejemplos más destructivos de parálisis relacional, como aquellas parejas atrapadas en una relación sin sexo o emocional y físicamente abusiva”, agrega.

Odonata Wellnesscenter (cc)
Odonata Wellnesscenter (cc)

5.- Si constantemente fantaseas con otras parejas potenciales

El autor rápidamente señala que este punto no tiene que ver con las fantasías sexuales, sino más bien con aquellas personas que por las características de su relación, se ven prácticamente obligadas a pensar cómo sería estar con otra persona, algo así como en un reemplazo para la persona con la que está infelizmente atrapada.

El terapeuta plantea que si un hombre o una mujer entra con su pareja a una habitación llena de hombres y mujeres y siente que no puede apartar la vista de uno o más de los presentes, es porque probablemente no esté tan contento con su pareja. ¿Te ha pasado?.

6.- Si te sientes solo cuando estás con tu pareja

Probablemente este punto sea uno de los más críticos, básicamente porque la idea basal de estar en pareja es sentirse acompañado, sino ¿para qué?.

“Se dice que es mejor estar solo que estar con alguien y sentirte solo”, comenta, agregando que si sientes un cierto vacío cuando estás con tu pareja, puede ser porque uno o ambos no estén conectados emocional o físicamente. “En otras palabras, uno o ambos de ustedes no están presentes”.

7. Si no sientes nada más que una sensación de “obligación” con tu pareja

A veces la comodidad, el cariño y el temor a que alguien salga dañado, provocan que las personas no tengan el valor suficiente para reconocer que ya no están enamoradas o que simplemente quieren dar un paso al costado de la relación.

Cuando llevas varios años en pareja muchas veces se suman compromisos de todo tipo, los que son muy difíciles de alejar o romper cuando las cosas no van bien, sin embargo, lo peor que puedes hacer es mantenerte unido a alguien sólo por alguna obligación, ya que no hay nada que no tenga solución. Es mejor llegar a un acuerdo estrictamente relacionado con aquellos temas que seguir fingiendo que todo está bien.

Cabe señalar que estas señales apuntan a personas que están atrapadas en una relación disfuncional y que han sido incapaces de liberarse de aquella red y seguir con sus vidas.

Según el experto, por lo general estas personas repiten un patrón poco saludable de alguna experiencia que vivieron en alguna etapa de su desarrollo. Quizá muchos fueron testigos de esta dinámica tóxica entre sus padres, por ejemplo, advierte el terapeuta.

“No tienes que quedarte atrapado en una situación miserable. Existen salidas viables si sólo te arriesgas a buscarlas y usarlas. Puedes fracasar en tu intento de cambiar, pero la mayoría de los que toman riesgos, con paciencia y perseverancia, han podido crear un vida mejor para ellos mismos”, aconseja Betchen.