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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Bárbara Anderson vivió una experiencia angustiante cuando su hijo Lucca, sufrió daño cerebral permanente . Este evento cambió radicalmente el futuro del niño, quien desarrolló parálisis cerebral nivel 4. Después de enfrentar episodios de epilepsia, Bárbara decidió probar un tratamiento experimental en India, que resultó en mejoras significativas en la salud de Lucca.

El 14 de octubre de 2011, lo que sería el día más feliz en la vida de Bárbara Anderson, pronto se transformó en angustia pura. Mientras daba a luz a su primer hijo, Lucca, la periodista tuvo severas complicaciones en el parto.

Lo que ocurrió es que Anderson, sufrió un infarto ocasionado, por la anestesia epidural utilizada al momento del procedimiento. Si bien Lucca sobrevivió, el evento provocó en él, un daño cerebral permanente.

En ese sentido, el futuro del niño cambió radicalmente, puesto que desde ese momento, se le originó una parálisis cerebral nivel 4, lo que implica, una discapacidad que le dificulta la movilidad, con excepción, de las pupilas.

Después de este hecho, Bárbara tuvo que lidiar con los episodios de epilepsia que amenazaban con restarle calidad de vida al menor. Por lo mismo, después de un fortuito encuentro, la comunicadora decidió probar un tratamiento experimental que la llevó a emprender un viaje a Bangalore, en India, para controlar la epilepsia que amenazaba con arrebatarle la vida a su pequeño hijo.

Este viaje luego, lo plasmó en un libro y una película de Netflix, donde narra su experiencia como madre de un niño con parálisis cerebral.

La entrevista que le cambió la vida a Bárbara Anderson

Bárbara Anderson es un periodista cordobesa, que vino a trabajar a México en el año 2002. Como reportera de economía, es usual que haga entrevistas, con diversas personalidades. Así que un día, le tocó un encuentro con Jesús Vizcarra, un empresario ganadero. En aquella entrevista, Anderson le comentó los reiterados problemas de salud que enfrentaba a diario su retoño. Incluso, el día anterior, tuvo que acompañar al hospital a Lucca, luego de una convulsión ocasionada por la epilepsia que le aquejaba.

Al final, el hombre la puso en contacto con el científico Rajah Vijay Kumar, quien impulsa una serie de tratamientos experimentales sobre pacientes con esclerosis múltiple y que derivó en la regeneración de tejidos para ralentizar la progresión de enfermedades neurológicas, consignó The Conversation, lo que justamente le podía servir a Lucca.

De este modo, junto a su esposo Andrés, iniciaron un periplo en 2017, que se extendió a India, para conocer la investigación sobre parálisis cerebral.

Es que la vida de esta familia, no ha sido fácil, detalló la propia Bárbara en “Los dos hemisferios de Lucca”, el libro inspirado en sus vivencias personales. “Con Lucca, no dejamos de peregrinar por los consultorios de diferentes médicos, de probar diversas corrientes de terapias de rehabilitación y métodos de estimulación, de experimentar con nuevas medicinas”, describe la madre”, recogió Infobae.

A lo que agregó: “Sabíamos que por su condición, Lucca no podría separarse de nosotros en toda su vida”, afirmó la comunicadora.

Las luchas de una madre

Mirando en retrospectiva, la madre de Lucca, ha dicho que en los primeros siete años de vida de su hijo, ella no alcanzó a dormir una noche entera. Al respecto, en conversación con el programa 3…2…1, Anderson confesó que vivió en “cansancio permanente” y que como tiene que comprar insumos médicos, debía trabajar sin parar. “Todo es caro, la pelota para hacer ejercicios, la silla, las medicinas, los terapeutas y hasta la escuela”, expresó en la instancia.

Así las cosas, Bárbara se ha mantenido trabajando como periodista, para financiar los costosos tratamientos de su hijo. “Nunca dejé de trabajar, nunca, ni siquiera en India”, dijo Anderson a AP, quien además tiene otro hijo: Bruno. “El día a día continúa, hoy me levanté a las 3:00 de la mañana, mis días y mis noches son muy diferentes a las del resto”, reveló.

Frente a la situación de su hijo, los primeros años estuvieron llenos de dificultades, dado la severa condición de Lucca, según Bárbara, el niño sufría un desgaste para ingerir alimentos, “Lucca empleaba mucha energía y tiempo en comer pequeñas porciones de comida cuyo balance final era bajar de peso y no crecer”, relata en el libro dedicado a su hijo.

Cytotron: La terapia experimental que usó Lucca

Pese a los múltiples tratamientos para mitigar las consecuencias de la epilepsia, la terapia experimental creada por Rajah Vijay Kumar, fue una verdadera tabla de salvación para Anderson. En pocas palabras, el Cytotron es un equipamiento de resonancia magnética, que permitiría supuestamente “regenerar las conexiones neuronales”, explicó Anderson.

No obstante, después de 28 días de tratamiento, Lucca presentó mejorías en su condición. En la actualidad, de apenas mover las pupilas, hoy el niño puede ingerir alimentos y hablar, algo impensado hace algunos años para él.

Ahora bien, pese a los resultados del experimento, hay que señalar la falta de estudios clínicos sobre este pionero tratamiento. El 4 de febrero de este año, la Asociación Mexicana de Neurología Pediátrica publicó un comunicado donde alertaba sobre el uso de métodos experimentales, indicando que “hasta el momento, no hay ensayos clínicos que demuestren que dispositivos como el Cytotron cumplen con los estándares de seguridad y eficacia para mejorar la conectividad neuronal a corto plazo”.

Entrevistada por nuestro medio asociado Perfil, Anderson sostuvo que “le dimos la vuelta al mundo sin garantía de nadie, ni del propio científico detrás de este tratamiento 100% experimental. Respiramos hondo y nos dejamos llevar por la ciencia, la innovación, la magia y la mística de ese país. Y por la esperanza, ese ingrediente que en mi familia se cocina de nuevo cada vez que aparece algo en el horizonte. Soñamos que podíamos tener buenos resultados y creímos -con dientes apretados- en eso que soñamos”.

Y añadió: “Le prometí a Lucca, junto a mi ‘socio de la vida’, Andrés, que íbamos a seguir luchando. No sé qué más voy a hacer. Pero le prometí que voy a pelear para que sea lo más independiente posible. Para que pueda hacer casi todo lo mismo que hace su hermano Bruno. No voy a bajar los brazos”.