Si en 2011 toda la atención de la Casa Real británica (y de los fanáticos de la realeza) se la llevó la boda de Kate Middleton y el Príncipe William, celebrada en abril de ese año, este 2018 fue el turno del Príncipe Harry y la actriz norteamericana Meghan Markle.

La pareja se unió en matrimonio frente a cientos de invitados en mayo pasado, y desde entonces tanto ella como él no han dejado de hacer noticia por los distintos eventos a los que asisten, las ‘faltas’ al protocolo de Meghan y los conflictos familiares que arrastra ella desde Estados Unidos, principalmente por culpa de su padre.

No obstante, a mediados de este año se dio a conocer otra noticia que involucra a la Corona Británica, pero de la cual pocos hablaron, o al menos no con tanto énfasis. Resulta que el primo de la Reina Isabel II, Lord Ivar Mountbatten, anunció a los cuatro vientos que contraería matrimonio con su pareja de hace un par de años, James Coyle, a quien conoció en un centro de esquí en Suiza en marzo de 2016.

Pero el surgimiento de esta historia de amor no fue para nada fácil. Primero porque Ivar estuvo casado por 16 años con Penelope Thompson (se casaron en 1994), junto a quien tuvo tres hijas: Ella (22), Alexandra (20), y Louise (16). Las dos primeras son ahijadas del príncipe Eduardo y la condesa de Wessex, Sophie.

Penelope e Ivar se conocieron cuando ella tenía 27 años y él 29. Y fue apenas dos meses después que este le confesó su atracción por los hombres, contándole que mantuvo una corta relación con un hombre en Venezuela unos cuantos años antes, según consignó el medio británico Express.co.uk. Aun así, su cercanía continuó y él la invitó a su fiesta de cumpleaños número 30, que celebró en la casa de campo que tenía que administrar, ubicada en Moyns Park, en Steeple Bumstead, Essex.

Penelope confesó al Daily Mail que desde ese momento nunca más se fue de su lado. “Me quedé para ayudarlo a comenzar su negocio de gestión de eventos y nunca más me fui. Creo que nos enamoramos mientras organizamos a la propiedad Moyns como un negocio y montábamos a caballo diariamente, pensando en planes a futuro”, relató.

Fue así como un día Lord Ivar le pidió matrimonio y ella no lo pensó dos veces. Durante sus primeros años de matrimonio viajaron alrededor del mundo, tuvieron vacaciones familiares en Bermudas y los fines de semana largos se iban al sur de Francia.

Para los círculos aristrocráticos del momento, los Mountbattens parecían ser uno de los matrimonios más felices, sin embargo, en todo el tiempo que estuvieron casados, él no dejó de explorar su homosexualidad.

“Penny me aceptó por quien era, así que yo creo que me relajé y sentí que podía explorar esa parte de mí a medida que nuestro matrimonio maduraba”, expresó él. El problema es que en su extrema sinceridad, Penelope no lo pasó muy bien, aun así, ella exigió la verdad.

“Siempre le exigí honestidad completa a Ivar. Tal vez haya sido una parte autodestructiva de mi personalidad, pero quería saberlo. Además, creo que le di su libertad, porque quería que fuera feliz”, agregó.

Pese a toda esta confusa situación, él aseguró que jamás fue infeliz en su matrimonio y que realmente amó a su esposa, pero sentía que algo faltaba para cerrar su felicidad.

La separación

15 años después, fue ella quien tomó la decisión de dejar a Lord Ivar. Dejó todos los bienes muebles, las joyas de la familia y se fue sin nada. En ese entonces varios la criticaron por su sorpresiva decisión, puesto que casi nadie sabía sobre la verdadera sexualidad de Ivar.

“Yo me estaba acercando a los 40 y pensé: ‘Es ahora o nunca. Me quedaré en este matrimonio, en el que no creo que nuestra relación pueda ser completa o me voy’. Y sabía que Ivar no podría ser realmente auténtico a menos que me fuera”, relató la mujer al mismo medio.

Por lo mismo, cuando supo la noticia de su matrimonio con Coyle, no dudó en apoyar plenamente la unión, de hecho, fue ella quien ‘entregó’ a su exesposo en la ceremonia.

Nueva vida junto a James Coyle

En marzo de 2016, Ivar conoció al director de servicios de cabina de una aerolínea, James Coyle, y en septiembre de ese mismo año las noticias sobre su homosexualidad estallaron. Fue entonces cuando confesó al Daily Mail que le causaba gracia la frase “salir del clóset”, pero reconoce que fue justamente lo que hizo, aunque de una manera sutil.

“He luchado con mi sexualidad mucho tiempo, y de alguna manera lo sigo haciendo, pues ha sido un verdadero viaje llegar a este punto”.

“Fui confinado a un armario por no querer llegar a un acuerdo conmigo mismo, por no reconocer quién era y enfrentarme a mis amigos y familiares. Fue algo que en los primeros años de adolescencia enterré y tuve varias novias por lo mismo. Y ahora estoy tan contento de haber encontrado a alguien a quien puedo llamar ‘un compañero"”, señaló.

Así fue creciendo el romance entre ambos hasta que decidieron unirse en matrimonio, en la capilla privada de la finca de Bridewell Park en Devon, entrando, de paso, a la historia al ser el primer matrimonio homosexual de la familia real británica ampliada.

La ceremonia tuvo lugar el fin de semana pasado, en una sencilla y sobria ceremonia de 60 invitados. La que estuvo marcada por la ‘entrega’ de Penelope a Coyle, junto a sus tres hijas.

Tanto Mountbatten como Coyle usaron chaquetas de terciopelo, mientras intercambiaban sus votos y anillos, declarando orgullosamente su amor mutuo.

Pese a que la princesa Margaret y el príncipe Eduardo asistieron a su boda con Penelope Thompson en 1994, ningún miembro de la familia real estuvo presente en esta segunda boda.

El Daily Mail señaló que el príncipe Eduardo envió felicitaciones antes de la ceremonia, pero tanto él como su esposa Sophie, condesa de Wessex, no pudieron asistir debido a un compromiso anterior.

Frente a esto, Mountbatten indicó que si bien sus agendas se arreglan con meses de antelación, entendía la situación y que igualmente sabía que ‘adoraban’ a James.

La pareja planea pasar su luna de miel en Grecia o Croacia, aunque aún no han reservado su escapada romántica.

Respecto a su decisión de casarse, Mountbatten expresó que “ahora que el matrimonio entre un hombre y un hombre es legal, me parece que es correcto hacerlo. He tenido presente siempre el tema del matrimonio, no así James, así que lo veo como una validación de mi amor por él”. Además, declaró sentirse orgulloso del gran paso que va a dar.

“Finalmente, puedo amarme a mí mismo y la razón por la cual este matrimonio es aceptable para todos nosotros, particularmente para nuestras hijas, y eso es por el carácter de James, su naturaleza es adorable”, cerró.