Por generaciones se ha asociado el nombre Arturo Fernández Vial a un equipo de fútbol fundado en Concepción el año 1903. Precisamente, ese club deportivo es conocido en Chile como el elenco del “Almirante”, haciendo honor a un hombre que tuvo una destacada participación en el Combate Naval de Iquique y fue capaz de detener una matanza en Valparaíso a comienzos del siglo XX.
Raimundo Arturo Fernández Vial nació el 15 de marzo de la 1858 en la ciudad de Santiago, fue hijo de José Fernández Labarca y Mercedes Vial Maturana.
El muchacho conoció lo que era la vida militar desde muy pequeño, ya que su madre provenía de una familia de ilustres miembros de las Fuerzas Armadas de Chile.
De hecho, su abuelo materno, Félix Antonio Vial, fue sargento mayor del ejército y su bisabuelo, Juan de Dios Vial, fue coronel y uno de los hombres que firmó el Acta de la Independencia de Chile.
Según se indica en el sitio histórico de la Armada de Chile, cuando apenas tenía 14 años de edad (1872) el joven ingresó a la Escuela Militar. Tres años más tarde tuvo la oportunidad de ser aspirante a la Escuela Naval, hasta que fue nombrado Guardiamarina en 1876.
Tras eso llevó a cabo viajes de instrucción a bordo de tres naves de guerra chilenas: la “Esmeralda”, el “Magallanes” y el “Chacabuco”. Estos se realizaron partiendo de tierras chilenas hasta Centroamérica.
Sin embargo, su reto mayor llegó cuando apenas tenía 21 años de edad y se encontró siendo parte de la Guerra del Pacífico, específicamente en el Combate Naval de Iquique.
Héroe de Iquique tras la muerte de Prat
Fernández Vial era uno de los marinos que formaban parte de la tripulación de La Esmeralda aquella mañana del 21 de mayo de 1879, cuando se desarrolló el combate naval ante el monitor peruano Huáscar.
En el libro Historias desconocidas de Chile, del escritor Felipe Portales, se relata que el cargo que ocupaba el joven era de oficial encargado de la Santabárbara y Entrepuentes, bajo el mando del Capitán de Corbeta Arturo Prat Chacón.
En un comienzo, su misión fue apagar los incendios que se producían en la nave a consecuencia de los bombardeos que efectuaba el buque peruano. Sin embargo, y tras el primer espolonazo, subió hasta el palo de mesana y clavó la bandera chilena en su lugar.
La publicación relata que el marino se mantuvo en este lugar incluso después de la muerte de Arturo Prat, hasta el hundimiento definitivo de la Esmeralda.
Según la Armada de Chile, testigos de aquella gesta relataron a diario El Mercurio que Fernández Vial se había convertido en el alma del barco una vez que Prat había muerto.
“Severo, adusto, amenazante, resuelto; sosteniendo con sus juveniles manos las drizas de las dos banderas izadas en el pico de mesana para impedir que un accidente cualquiera las bajase en aquellos terribles instantes (…) se habría convertido en el alma del buque – una vez muerto A. Prat -, y que su serenidad, su valor a toda prueba, su heroísmo indudable fueron uno de los mayores estímulos que tuvo la tripulación para persistir en su sublime defensa”, indicaron en la oportunidad.
Jorge Baradit, autor de la serie de libros que relatan la Historia Secreta de Chile, relató en una entrevista parte de la hazaña de Fernández Vial, de quien declaró que fue un “hombre de honor”.
“Prat muere en el Huáscar, hay un momento en que la tropa chilena queda descabezada. Arturo Fernández Vial, frente a la mirada atónita de los peruanos, trepa hacia el mástil donde está la bandera chilena, saca un martilo y clava el símbolo patrio al palo e incluso se dice que hizo un gesto obsceno hacia el enemigo”, afirmó.
El escritor agrega que luego que el marino bajara a cubierta, el combate se reinicia y el monitor espolonea por segunda vez a la Esmeralda.
“Hay algo hermoso en la personalidad de Fernández Vial, ya que él tenía una conciencia social muy grande, incluso cuando alcanzó cargos más altos”, describió.
Luego de aquellos hechos, el hombre logró sobrevivir al hundimiento del barco chileno y fue tomado prisionero por los peruanos. Permaneció en Iquique hasta el 31 de diciembre de 1879, cuando fue canjeado por un prisionero peruano. Ya en libertad se trasladó hasta la ciudad de Valparaíso.
Por esta actuación sobresaliente, el joven fue condecorado con la medalla especial concedida por el Soberano Congreso, y otra por la Municipalidad de Iquique.
Su rol en la huelga de trabajadores de 1903
Corría el año 1903 y Arturo Fernández Vial se desempeñaba como Jefe de Plaza de Valparaíso. Aquellos fueron años de grandes revueltas contextualizadas en el Movimiento Social Obrero en Chile.
Precisamente, una de estas manifestaciones comenzó el 13 de Mayo de 1903, cuando un grupo de estibadores y trabajadores de ferrocarriles se atrincheró en una serie de empresas portuarias, en lo que sería el inicio de una huelga de inusitadas proporciones.
En ese momento el presidente de la época, Germán Riesco, dio la orden a Fernández Vial que tomara el control de la ciudad usando cualquier tipo de método.
Según se lee en un artículo del medio El ciudadano, la orden de Riesco decía: “Almirante, disponga usted de la inmediata dispersión de esa gente, aun poniendo en práctica los procedimientos más violentos”.
No obstante, la decisión del jefe de plaza fue iniciar un diálogo sereno con los huelguistas e intentar que ellos llegaran a un acuerdo con los empresarios ingleses que dirigían las labores en Valparaíso.
Dentro de las demandas que exigían los trabajadores estaban reducir la jornada laboral, que se iniciaba a las 6:00 horas y terminaba a las 18:00 horas, aumentar el horario de colación y un incremento de sueldo del 10%. Ninguna de estas tres fue aceptada por los dueños de empresas.
Según Baradit, el gobierno de la época no estuvo conforme con el método que tuvo el Almirante de iniciar una solución y ordenó destituirlo de su cargo, por lo que fue trasladado nuevamente hasta Santiago.
“Luego de la salida de Fernández Vial, desde Santiago se envían soldados del ejército hasta Valparaíso, quienes tenían la misión de reprimir la huelga. Se estima que mataron a 100 obreros y dejaron otros cientos de heridos”, indicó.
El escritor agrega: “El fiscal militar que investigó el caso indicó que la culpa de este conflicto fue de los obreros, quitando la posibilidad de hablar de abuso de la fuerza y abriendo la chance de que esto volviera a ocurrir”.
Posteriormente, la actividad del marino dentro de la Armada de Chile decayó considerablemente, hasta que la institución le otorgó el retiro definitivo en julio de 1916.
Líder social de la época
Arturo Fernández Vial dedicó el resto de su vida a la vida social, centrándose en la creación de instituciones deportivas y centros de apoyo a trabajadores de la época como escuelas nocturnas para obreros.
Según un artículo de 2014 de La Tercera, el bisnieto del Almirante, Felipe Simián Fernández, indicó que su bisabuelo nunca fue una persona clasista y siempre estuvo dispuesto a apoyar organizaciones sociales y deportivas, tanto en Santiago como en regiones.
“A la gente de mar le enseñaba a cantar para levantar y mantener el ánimo. Llegó a tal envergadura que dijo ‘yo necesito que la gente cante mientras hace deporte. E inventaba canciones, para levantar el ánimo. Un diputado de la época dijo ‘cómo se le ocurre enseñar a cantar a la gente que no tenía educación’. Los hacía hacer deporte y cantar”, explicó Simián.
Por otra parte, el joven indicó que su bisabuelo formó varias escuelas para orientar a los adultos a dejar el vicio del alcohol. “Él siempre decía que el alcohol era uno de los peores males de la sociedad”, expresó.
Tras eso agregó otra anécdota: “Todo el mundo ocupaba sombrero en la calle. Él no lo usaba porque lo encontraba una estupidez (…) en las películas de la época todos usaban sombrero. El ‘viejo’ creía que era una estupidez. Y todo el mundo se lo sacó, pero él lo hizo diez años antes”.
Cabe señalar que, tras sus gestiones en Valparaíso durante 1903, un club deportivo de Concepción decidió cambiar su nombre de “Club Deportivo Ferroviario Internacional de Concepción” a “Club Deportivo Almirante Arturo Fernández Vial”.
“Al equipo de fútbol hay que destacarlo porque es como el ‘Colo Colo del sur’. Todo el mundo conoce a Fernández Vial por el equipo, pero se nos está perdiendo el combate de Iquique”, destacó Simián.
Cabe señalar que el Almirante falleció el el 6 de noviembre de 1931 Hasta sus funerales llegó todo el alto mando de la Armada de Chile y el vicepresidente de la República, Manuel Trucco Franzani, del periodo de Juan Esteban Montero.
