Con más de cien días de la presencia del virus Covid-19 en nuestro país y con todas las consecuencias en nuestra sociedad debido a la elevada cifra de contagiados y muertos, miles de chilenos se enfrentan a un escenario incierto.

Todas estas situaciones han generado en la población un estrés constante y sostenido, lo que podría provocar una serie de inconvenientes. “Es sabido que algunos estados emocionales mantenidos en el tiempo pueden afectar en diversos ámbitos y de distintas formas la salud mental del ser humano”, según explica Claudio Acevedo, académico de la Escuela de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello y experto en Salud Mental.

Según el académico, actualmente se presentan determinados estados relacionados con la salud mental y en los días futuros podrían sumarse otros, todo como consecuencia del actual escenario.

1-. Trastornos ansiosos:

Sentir ansiedad de vez en cuando es esperable en la vida. Sin embargo, cuando la ansiedad se presenta con alta frecuencia genera preocupaciones, miedos intensos, excesivos y persistentes.

Lamentablemente, en el escenario actual el sentir ansiedad se relacionan con situaciones diarias y cotidianas, donde el simple hecho de tener que salir a comprar al negocio del barrio ya es un motivo de vivenciar estas experiencias, manteniendo a las personas en un estado permanente de ansiedad lo cual no favorece a la salud mental.

Algunos ejemplos del trastorno de ansiedad son: trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social (fobia social), fobias específicas y trastorno de ansiedad por separación. Todos muy comprensibles en su origen en la actual situación del país.

2-. Estrés:

Lo primero es aclarar que el estrés es una reacción esperada a situaciones de nuestra vida, por ejemplo, una prueba, organizar un evento, preparar alguna acción incluso en situaciones más complejas como la muerte de un ser querido, ruptura de una relación o una crisis familiar/personal.

El estrés en sí estará presente y lo importante será el cómo se sobrelleva. Si tienes problemas para sobrellevarlo y se torna crónico y generar un impacto en el desempeño, es cuando hay que buscar ayuda.

El estrés puede hacer que una persona deje de tener un buen estado de ánimo, disminuir la productividad, ver afectadas las relaciones, problemas para dormir, incluso podría resultar difícil continuar con la rutina y actividades diarias.

3-. Alteraciones a nivel del ánimo:

El estado (una forma de estar o permanecer) de ánimo es el humor o tono sentimental, de vivencia subjetiva agradable o desagradable, que acompaña a una idea o situación y se mantiene por algún tiempo, expresa matices afectivos y cuya duración es prolongada, de horas o días.

Cuando esta vivencia subjetiva es de desagrado y sostenida en el tiempo, situación esperable en el actual escenario nacional, el estado emocional o de ánimo general podría estar distorsionado o no se condice con las circunstancias, interfiriendo con la capacidad para funcionar.

La ansiedad también afecta el estado de ánimo, en ocasiones suelen presentarse juntos. Los trastornos del estado de ánimo aumentan el riesgo de sufrir situaciones graves de salud mental, por eso es importante estar atentos a nuestras emociones, su vivencia, manejo y consecuencias.

4-. Alteraciones a nivel de las ocupaciones:

Los estados analizados anteriormente tendrán un impacto importante en cómo las personas se involucran en sus ocupaciones diarias, pues para poder desempeñarse e involucrarse de manera efectiva debemos contar con un grado de cierta estabilidad emocional y psíquica.

El estrés, la angustia, la ansiedad y los problemas emocionales no generan el escenario más idóneo para involucrarse en las actividades o sentir el grado de satisfacción que usualmente podemos experimentar al participar en ellas. A futuro, cuando se comience a retomar las ocupaciones cotidianas, será esperable encontrarnos ansiosos y con dificultades para poder adaptarnos al funcionamiento que se desconoce en qué condiciones se desarrollara.

5-. Procesos de Duelo complejos:

En el actual escenario nacional no muchos se han preguntado acerca de cómo se está viviendo el duelo en los familiares de las personas que fallecen por Covid-19, las implicancias y el efecto emocional y psicológico de las medidas sanitarias tan estrictas al momento de despedir a un ser querido, la imposibilidad de recibir apoyo social y en que un abrazo puede ser incluso un contagio de la enfermedad que afectó a nuestro difunto.

En este contexto el proceso de duelo puede ser aún más doloroso, especialmente para aquellas personas cuyo familiar falleció a causa de Covid-19.

Los protocolos de salud ante el riesgo de contagio son muy estrictos y las familias no cuentan con la posibilidad de realizar los rituales de despedida tradicionales, rituales que en muchos casos permiten aminorar la pena que produce la partida de un ser querido (vestirlo/a, despedirlo/a, tocarlo/a, velarles, recibir las condolencias de nuestros cercanos y familiares), lo cual a futuro podría generar complicaciones a nivel de la salud mental al no poder desarrollar de manera esperada ese proceso único, particular y tan individual que implica la pérdida de un ser querido.