Esta mascarilla se ha posicionado como una de las más seguras a la hora de protegerse contra el coronavirus.
Debido a la expansión de la variante Ómicron, las autoridades han pedido mejorar el tipo de mascarillas que se usan, haciendo un llamado a evitar las de algodón y tela, y prefiriendo las desechables y la variedad N95 y KN95.
Estas últimas han demostrado tener mayor eficacia a la hora de proteger de las micropartículas del coronavirus, aseguró un estudio realizado por Joseph G. Allen, director del programa Healthy Buildings en la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
Si bien la recomendación de los expertos es que las mascarillas sean usadas sólo una vez, lo cierto es que estas pueden tener un tiempo más extenso de duración. Así lo detalló el académico de la Universidad George Washington, Michael G. Knight al Washington Post. Eso sí, su durabilidad está relacionada directamente con la correcta integridad que mantenga, lo cual dependerá de las veces y el tiempo que haya sido usada.
“Si solo me pongo una mascarilla para ir al supermercado durante 45 minutos y me la quito, esa mascarilla muy bien debería poder durar un par de días”, dijo Knight.
La situación cambia cuando su uso ha sido prolongado por más de 6 horas. Por ejemplo, durante un turno de trabajo en el que se ha sudado y hablado continuamente, ya en ese punto estará muy sucia, explicó el profesional. Lo mismo sucedería si se utilizara por 3 horas pero de manera diaria.
Lo recomendable es usar las KN95 sólo hasta cinco veces, pero no por más de dos horas en cada ocasión.
¿Qué hace mejor a la mascarilla KN95?
– La KN95 ha resultado ser la mejor barrera de protección, según varios expertos, los que señalan que su efectividad puede llegar al 91%.
– Esta mascarilla es más ajustada que una mascarilla quirúrgica y filtra más partículas.
– Es la más recomendada para trabajadores de la salud y esenciales, además de para el uso prolongado.
Darle un respiro a la mascarilla
El también académico de la Universidad de California, Richard M. Carpiano, explicó que lo ideal es llevar varios tapabocas para ir rotando. Esto ya que es recomendable ‘darles un respiro’ entre usos.
“De esa manera, después de usar una mascarilla, puede guardarse durante unos días y luego volver a usarla”, detalló el especialista en salud pública.
Es importante recalcar que esta reutilización debe estar relacionada con la correcta integridad del producto, ya que si están visiblemente sucias o deterioradas, no deben volverse a usar.
El dejar a las mascarillas “respirar” sirve para darles tiempo de actuar y matar cualquier tipo de partículas del virus. Por esto Carpiano recomienda dejarlas descansar por un periodo de 24 a 48 horas.
¿Y cómo guardarlas?
Para quitarse la mascarilla, Knight, hizo hincapié en que las personas deben lavarse y desinfectarse bien las manos antes de sacarlas. Además recomendó que debe hacerse desde las bandas elásticas u orejeras evitando así estropear y tocar la parte exterior la cual podría estar contaminada.
La manera adecuada de guardar una mascarilla para prolongar su uso es una bolsa de papel o de una malla, lo ideal es que estas puedan ventilarse, afirmó Christopher Sulmonte administrador de proyectos de la unidad de biocontención de la Universidad John Hopkins.
Es normal que la mascarilla se humedezca, especialmente la KN95 que es bastante densa, por lo que es recomendable dejarla secar en un lugar bien ventilado y limpio de posibles contaminantes.
Pero ¿cuándo hay que desechar la mascarilla?
En el momento que la mascarilla tenga manchas de suciedad o incluso tenga olores alojados, es la primera señal de que debe ser reemplazada. “Es el punto de que esa máscara necesita ser reemplazada” recomendó Knight.