Los efectos de la invasión rusa pueden afectar incluso más allá de las fronteras del conflicto según expertas en la materia.

El pasado jueves 24 comenzó la invasión rusa a Ucrania, desatando así una guerra armada que ha sido de conocimiento global.

Las constantes novedades sobre ataques, muertes y bombardeos llenan la televisión y las redes sociales incluso sin buscarlo, por lo que la sobre información se ha hecho costumbre.

No obstante, un tema que ha quedado un tanto de lado son los efectos de la guerra en la salud mental, los cuales, según los expertos, pueden afectar más allá de las fronteras y los misiles.

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¿Qué efectos tienen en la salud mental las imágenes de la guerra?

La psicóloga de la Universidad de Talca, Natalia Uribe afirmó que: “ansiedad y angustia son dos de los cuadros que podrían presentar quienes observan las acciones provocadas por la guerra que ocurre en Ucrania”.

Sahira Rivera, psicóloga de RedSalud, también señaló que acompañado de la angustia y ansiedad se pueden presentar “tristeza y dificultad para dormir”.

“El estar constantemente informado representa una sobrecarga emocional que puede perjudicar la salud”, aseguró la especialista.

Por lo que “en aquellos casos, en que se está expuesto por prolongadas horas a información e imágenes de la guerra puede provocar “estrés bélico” o sobrecarga emocional”, advirtió la profesional.

Por su parte Uribe detalló que “estas situaciones podrían ser más graves en menores de edad o quienes sean más sensibles, por ello la recomendación es evitar la exposición prolongada y mantener una comunicación respecto a lo que ocurre en el conflicto”.

Algunas manifestaciones fisiológicas que se pueden vivir tras la constante exposición a información e imágenes bélicas son: “Alza de presión arterial, mayor sudoración, tensión muscular, ansiedad, tensión muscular o corporal, aumento de las frecuencias respiratoria y cardíaca“, aseguró la académica.

No obstante, la profesional hizo el alcance de que no todos los espectadores reaccionan de la misma manera a la información.

Rivera además recomendó no sobreinformarse, esto ya que además puede repercutir en la aparición de pensamientos intrusivos.

“No es aconsejable evitar la información pero la cantidad debe ser regulada: debe provenir de fuentes fidedignas y con media hora de información al día es suficiente. También es importante no dejar la rutina cotidiana”, aseguró la profesional.