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Lunes 29 Noviembre, 2021

Consumimos más del doble de sal recomendada

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La sal es una de las sustancias con mayor presencia en los alimentos. Se puede ocupar para condimentar comidas o realzar el sabor de algunos productos. De hecho, según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la sal es la principal fuente de sodio en nuestra alimentación”.

Las personas consumen grandes cantidades de esta sustancia. El promedio es de 9 a 12 gramos por día, casi el doble de la ingesta diaria recomendada: 5 grms.

Complicaciones médicas causadas por el alto consumo de sal

El IST, Instituto de Seguridad del Trabajo nos recuerda que el cuerpo requiere de una cantidad moderada de sal para su correcto funcionamiento ya que el sodio ayuda a generar un equilibrio de los fluidos en el cuerpo y desempeña un papel importante en el funcionamiento de los músculos y nervios.

Y también que un consumo inferior de sodio “contribuye a disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio. El principal beneficio de reducir la ingesta de sal es la correspondiente disminución de la hipertensión arterial”, como dice la OMS.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) apunta que «el exceso de sal en la dieta incrementa la presión arterial causando aproximadamente el 30% de hipertensión, representa un posible carcinógeno para el cáncer gástrico y está asociada con la insuficiencia renal y la osteoporosis”.

Consejos para reducir el consumo de sal

– Todo cambio es difícil de asumir, con la alimentación es igual. Seguir los simples consejos que recomienda el Texas Heart Institute (THI), organización estadounidense sobre salud cardiovascular, puede ayudar a que sea mucho más fácil incorporar este hábito.

– Elige bebidas y alimentos libres de sodio. Se recomienda comer productos caseros que contienen menos porcentajes de sodio que los procesados y envasados.

– No consumas alimentos que contengan glutamato monosódico, un potenciador del sabor alto en sodio que se añade a los alimentos. Comúnmente se encuentra en sopas en sobre, caldos concentrados y conservas.

– Evita agregar demasiada sal a las comidas. Reduce gradualmente su cantidad de sodio en las preparaciones diariamente. Incluso puedes quitar el salero de su mesa, poco a poco te acostumbrarás.

– Incluye en tu dieta productos sin sal y reducidos en sodio. En estos casos, es recomendable acudir a un especialista médico que te oriente para una dieta balanceada.

Con qué sustituir la sal

Hay muchos productos por los que se puede sustituir la sal para saborizar los alimentos: ajo, cebolla, pimienta negra, azafrán, canela, clavo de olor, curry, jengibre, nuez moscada, albahaca, anís, cilantro, eneldo, estragón, hinojo, laurel, menta, orégano, perejil, romero, salvia y tomillo, limón o vinagre.

Sal “0% sodio”

El IST nos advierte que las sales que se publicitan como “0% sodio”, sustituyen el sodio por potasio y hay que tener en cuenta que el potasio está contraindicado para personas con problemas renales y que no es recomendable dárselo a los niños.

Fuentes: Organización Mundial de la Salud, Organización Panamericana de la Salud, Texas Heart Institute.

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