De seguro en más de alguna ocasión has encontrado en tu frutera, una manzana que está comenzando a pudrirse. Eso lo puedes notar por su aspecto café y machacado.

Cortarle esa parte en mal estado y comerte el resto no tiene mayores consecuencias. Sin embargo, debes considerar que el consumo frecuente de este tipo de frutas puede dañar tu salud.

Esto se debe a la Patulina, una micotoxina producida por diversas especies de hongos como Penicillium, Aspergillus y Byssochylamys, responsable de la llamada podredumbre azul.

“Una exposición crónica puede afectar gravemente a distintos órganos”, advierte la microbióloga española Jéssica Gil Serna, según destaca el diario electrónico Huffington Post.

Los órganos afectados serían fundamentalmente los riñones y el hígado, porque durante la descomposición de la fruta se produce esa toxina genotóxica, “la que puede dañar el ADN de nuestras células”.

“En el ser humano se han descrito náuseas, trastornos gastrointestinales y vómitos. Se considera que la Patulina es genotóxica, pero aún no se ha demostrado su potencial cancerígeno“, explican desde la Organización Mundial de la Salud.

La particularidad de esta micotoxina, es que se difunde por la manzana mucho más allá de la zona que se muestra afectada. Por ese motivo no basta con cortar esa parte para evitar sus efectos dañinos.

No obstante, según explica la microbióloga, los daños al organismo se producen cuando se consumen estas frutas dañadas de manera habitual. De lo contrario, no habría ningún problema para la salud.

De hecho hay productos derivados de manzanas que no son “perfectas”, como zumos, compotas o purés, que suelen comercializarse en supermercados.

No solo ocurre con las manzanas

Cabe señalar que esta micotoxina no es exclusiva de las manzanas, ya que también está presente en otras frutas como peras, uvas, en cereales, especias o granos de café, nectarinas y todos sus derivados.

De acuerdo a la OMS, su crecimiento puede producirse antes o después de la cosecha, durante el almacenamiento o en el mismo alimento en entornos cálidos y húmedos.

“La mayoría de las micotoxinas son químicamente estables y persisten tras el procesamiento de los alimentos”, añaden desde la organización.

Gil Serna advierte que se debería tener especial cuidado con los niños, ya que “son muy susceptibles a los efectos tóxicos de la Patulina”.

Sin embargo, asegura que no hay peligro en los productos derivados para bebés, como compotas o papillas de manzana, ya que la legislación es especialmente restrictiva en esos casos.