¿Dónde está el ministro del Interior, quien claramente nunca pisó Visviri ni Chungará?

La denuncia contra los funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile que transportaban “sustancias ilícitas”, y que sigue a la detención de efectivos del Ejército como integrantes de una red de distribución de estupefacientes y de los 13 carabineros detenidos por corrupción en Huara, todos hechos suscitados en la región de Tarapacá, confirman la gravedad de la penetración del crimen organizado en el Estado.

Pero, además, resalta los descuidos con que el gobierno de Gabriel Boric ha conducido sus relaciones internacionales, principalmente, con Bolivia que es una cuna del narcotráfico; estación de transferencia del crimen organizado hacia el cono sur y de la migración irregular y contrabando desde y hacia Chile.

Nuestras instituciones armadas enfrentan, entonces, el reto de desterrar el crimen organizado y corrupción de sus filas, pero las reacciones parciales y muchos de los X (twitter) que postea la primera autoridad de la Nación, complican por completo este desafío, pues literalmente, desorientan.

¿Qué ha hecho el ministro de Seguridad, aparte de ser un comentarista? ¿Dónde está el ministro del Interior, quien claramente nunca pisó Visviri ni Chungará? ¿Qué responsabilidad le compete a un Ministerio de Defensa desplomado y sin visión estratégica? ¿Y qué decir de la pereza del Ministerio de Relaciones Exteriores?

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"La culpa es de los matinales" Domingo 13 Julio, 2025 | 08:00

La complicidad del desorden: política exterior sin estrategia

A la Cancillería le preocupa más organizar una cumbre con campeones de la corrupción que ponerse al frente de la inmigración descontrolada y el asalto del crimen transnacional que llegan a Chile por el país altiplánico que es donde se articulan las principales amenazas hacia nuestro país y sus habitantes.

Se inclina además y acepta el pedido del Mandatario Luis Arce para que los pasos fronterizos de Chacalluta y Colchane operen 24 horas. La huella del narcotráfico no hay que ir a buscarla en actos ilícitos cometidos por efectivos de nuestras Fuerzas Armadas, sino también en una complicidad silenciosa del gobierno que fue incapaz de detener esta ola delincuencial y permitió que el norte de Chile se convirtiera en terreno fértil para la delincuencia internacional y el narcotráfico.

Los funcionarios públicos, los jueces, los fiscales, y la generalidad de los habitantes de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta viven en ambientes de un miedo favorecido por la porosidad de la frontera, que con la conducta que este gobierno ha tenido hacia Bolivia deja entrever no solo el desorden y desidia que caracterizan a La Moneda, sino que han generado un botín de prosperidad a la economía informal, el narcotráfico y el crimen que transita por los 800 km de frontera con Bolivia

Con la esperanza que la pesadilla que actualmente sufren nuestros habitantes de Arica, Tarapacá y Antofagasta concluya en marzo de 2026, me ocuparé que el próximo gobierno asuma el compromiso de disciplinar el desorden imperante con Bolivia, auditar a los responsables de los ministerios encargados de la actual relación con Bolivia y fijar un espacio de relacionamiento que tenga como primer, segundo, tercer y cuarto objetivo, proteger a nuestras ciudades del norte y nuestros habitantes del altiplano.