Hace pocos días culminamos el viaje a la República Popular China encabezado por el presidente Gabriel Boric, en el que desarrollamos una exitosa agenda de trabajo con más de 20 grandes compañías, las cuales nos manifestaron un alto interés por invertir en nuestra cartera de concesiones.

Tenemos el mandato de fomentar la inversión extranjera para la reactivación de la construcción, la generación de empleo y también para consolidar nuestra infraestructura y adaptarla a las nuevas necesidades y desafíos que nos plantean el cambio climático y la construcción de ciudades más justas y sostenibles.

Presentamos una cartera atractiva, potente y significativa, que considera un total de 27 grandes proyectos que se licitarán en lo que queda de nuestro gobierno por más de US$11 mil millones y de US$15 mil millones al año 2027. Tenemos carreteras, aeropuertos, hospitales, embalses, tranvías y teleféricos, entre otros proyectos muy relevantes para la ciudadanía.

Para desarrollar estos grandes proyectos, como país hemos elegido el camino de la asociación público – privada y nuestro sistema de concesiones ha sido un pilar para desarrollar esas obras. Esta exitosa herramienta cumple 30 años y tiene 28 mil millones de dólares concesionados con empresas de 16 países que han confiado en Chile como un polo relevante de inversiones.

En ese escenario, China representa el 8% de la inversión total comprometida en el sistema de concesiones, con una inversión aproximada de US$2.000 millones en 30 años. Pero si hacemos un zoom hacia los últimos seis años su participación ha significado cerca del 30% de los contratos licitados desde 2017. Es decir, el ingreso de inversiones desde ese país, se ha multiplicado en el último período.

Hoy, empresas chinas están operando concesiones en la Ruta 5 Sur, entre Talca y Chillán; están construyendo los hospitales de Parral, Cauquenes, Constitución y Coquimbo, estamos en proceso de adjudicarles la construcción de los hospitales de Rengo y Pichilemu; finalmente, tienen adjudicado el contrato del Embalse Las Palmas en Petorca. Son todas obras muy importantes y necesarias para las personas que habitan esos territorios y que, además, nos ayudarán a reactivar nuestra economía y generar más y mejores empleos.

En China valoran nuestra institucionalidad, nuestras políticas públicas;
nos preguntaron especialmente por obras hídricas, autopistas, aeropuertos, servicios como hospitales y cárceles, por puertos y hasta por los sistemas eléctricos para dichas infraestructuras. Nos explicitaron que vendrán a Chile y que analizarán en terreno los diversos proyectos y, además, nos mostraron tecnología de punta: tuneladoras de última generación, miles de kilómetros en trenes de alta velocidad, puentes de decenas de kilómetros y otras fórmulas que se pueden utilizar en nuestro país.

Queremos ampliar y diversificar aún más nuestra base de inversionistas y países en concesiones y China es un socio fundamental y muy interesado en invertir en nuestro país, ya que valoran mucho nuestra institucionalidad, que entrega certeza jurídica y reglas claras, sin discriminación.

El mensaje mutuo fue claro: en nuestro país tendrán una gran oportunidad para poder desarrollar sus negocios y nosotros una gran oportunidad para desarrollar la infraestructura que nos permita alcanzar el anhelado desarrollo económico y social para un mejor vivir de todas las chilenas y chilenos, para entregar a las futuras generaciones un futuro mejor.