Las históricas esculturas de los leones ubicadas en el sector de la Avenida Providencia, en la capital, fueron regresadas tras su restauración que demoró un año.

A más de un año de que fueran retirados para su restauración, este lunes regresaron las tradicionales esculturas de leones, luego de un completo proceso de restauración, a su sitial en Avenida Providencia, frente a la Catedral Castrense.

La alcaldesa Evelyn Matthei, destacó que estas obras dan nombre a la Avenida Los Leones, por lo que son parte del patrimonio histórico de la comuna.

“Había dos leones originales que eran franceses y los tenía Don Ricardo Lyon a la entrada de su chacra, y luego los donó a la municipalidad de Providencia y así le dieron el nombre a todo este sector. Los originales se perdieron y realmente no se sabe qué pasó con ellos, pero se hicieron réplicas, que son las que están aquí. Estaban en muy malas condiciones y, aprovechando la ampliación de este paseo peatonal, los enviamos a restaurar”, explicó.

La jefa comunal añadió que “estamos muy contentos de tenerlos nuevamente aquí. Hay otras ciudades que tienen mucho respeto por sus monumentos, por lo que llamo a cuidarlos, porque la ciudad es para todos”.

Los leones regresaron a unos nuevos basamentos, de dos metros de altura, compuestos por un plinto de hormigón más pequeño, con el fin de dejar un espacio abierto y amplio para que las personas puedan transitar con mayor comodidad.

La restauración fue realizada en el taller Montes Becker, con gran experiencia en restaurar esculturas y monumentos de gran tamaño. Este estudio es el mismo que se encargó del monumento al general Baquedano.

Luis Montes Becker, a cargo de esta labor, indicó que los trabajos consistieron en limpiar en su totalidad cada uno de los leones, soldar y estructurar internamente las esculturas.

Antecedentes históricos

Originalmente y según el registro del Archivo Histórico de Providencia, las estatuas corresponden a unos bronces del escultor francés Antonie Louis Barye (1765-1875), que habían sido encargados por la familia Lyon para ser lucidos en la entrada de su chacra y posteriormente fueron donados al municipio.

Los leones que se ubicaban en la plazuela del mismo nombre, no son los originales, ya que habrían sido destruidos en una revuelta política.

Debido a su importancia para Providencia, el 5 de enero de 1956, la Municipalidad buscó replicarlos y en 1958 se instaló la primera escultura y dos años después, la segunda. El desfase entre uno y otro se debe a problemas con la fundición a cargo de esta tarea.