Cuando el primer ministro Imran Khan, quien asumió el cargo en agosto, se dirigió a la nación el 31 de octubre, día en que el Tribunal Supremo aceptó la apelación de Asia Bibi contra su sentencia de muerte por presunta blasfemia, muchos observadores esperaban que el Gobierno lidiara con los enfurecidos islamistas con una mano de hierro. Khan había advertido al partido Tehreek-e-Labaik Pakistán (TLP) que no se metiera con la autoridad del Estado.

Pero el primer ministro partió para China el día siguiente y en lugar de tomar medidas severas contra los activistas del TLP, su Gobierno se rindió a las demandas del grupo al sellar un acuerdo controversial con los islamistas.

Durante tres días, el TLP logró paralizar las principales ciudades de Pakistán. Sus partidarios bloquearon calles y autopistas y destruyeron propiedades públicas y privadas. Los líderes del TLP declararon infieles a los jueces del Tribunal Supremo que habían absuelto a Bibi y urgieron a sus seguidores a asesinarlos. El TLP había pedido también un motín dentro del Ejército paquistaní con soldados que apoyan su narrativa islamista, para expulsar al general Qamar Javed Bajwa, jefe del Ejército.

British Pakistani Christian Association | Agence France-Presse
British Pakistani Christian Association | Agence France-Presse

Según el acuerdo, el TLP pondría fin a la protesta nacional (lo que ya hizo), el Gobierno liberaría sin cargos a los manifestantes arrestados y no bloquearía una revisión de la absolución de Bibi en el Tribunal Supremo y, lo que es más crítico, tomaría medidas para prohibir que Bibi abandone Pakistán. Ella y su familia continúan recibiendo amenazas de muerte. Su abogado, Saif-ul-Mulook, se fue a un país europeo el sábado en la mañana, y dijo que su vida estaba bajo amenaza. Reportes no confirmados afirman que Mulook se dirigía a Reino Unido.

“El Gobierno ha prometido implementar el acuerdo dentro de 100 días. Si no lo hace, nuestros activistas volverán a las calles”, dijo Pir Ejaz Shah, un portavoz de TLP, a DW.

El portavoz negó las afirmaciones de que Pir Afzal Qadri, un alto funcionario del TLP, se había disculpado por criticar a los militares. En cambio, según Shah, los funcionarios del Gobierno se disculparon con ellos por herir los sentimientos de los musulmanes a través del veredicto de absolución del Tribunal Supremo.

Estado debilitado

Pero la forma en la que el Gobierno de Khan “se rindió” a los islamistas, y en tan poco tiempo, ha dejado a los liberales paquistaníes desconcertados y asustados.

“El mandato del Gobierno se ha debilitado enormemente después de firmar un acuerdo con el TLP. La medida desestabilizará aún más a Pakistán y más grupos como el TLP ahora chantajearán al Estado”, dijo Ali K. Chishti, analista de seguridad de Karachi, a DW.

Rizwan Tabassum | Agence France-Presse
Rizwan Tabassum | Agence France-Presse

Waqas Ahmed Goraya, un bloguero y activista residenciado en los Países Bajos, que fue detenido por las agencias de seguridad pakistaníes en enero de 2017 y posteriormente liberado, dijo a DW que el Estado ha “perdido completamente su mandato” después del acuerdo.

“Si el líder del TLP, Khadim Rizvi, se declara califa mañana y lleva a sus partidarios a la calle, ¿cómo lidiará el Estado pakistaní con él?” dijo Goraya.

“Todas las instituciones estatales intentaron evitar la confrontación con los manifestantes islamistas. La rendición hará que los islamistas sean más poderosos y más resistentes”, agregó.

El futuro de Bibi y el aislamiento internacional de Pakistán

Khalid Hameed Farooqi, un periodista pakistaní residente en Bruselas, dice que mientras la decisión de absolución de Bibi fue aclamada en los círculos diplomáticos europeos, el acuerdo del Gobierno con los islamistas ha dañado la imagen del país.

“Los gobernantes pakistaníes deben entender que tales movimientos aumentarán el aislamiento internacional de su país. El acuerdo ha causado mucho daño”, dijo Farooqi a DW.

La pregunta sigue siendo si el Gobierno de Khan colocará a Bibi en la Lista de Control de Salida y prohibirá su salida del país.

“El Gobierno ha fracasado. Se ha rendido a los fanáticos una vez más”.
- Ali K. Chishti, analista de seguridad de Karachi

Zahid Gishkori, un periodista radicado en Islamabad vinculado con Geo TV, cree que el Gobierno solo está ganando tiempo y no prohibirá que Bibi viaje al extranjero. “Solo el Tribunal o el Gobierno pueden poner su nombre en la lista. Creo que el primer ministro Khan no lo hará. Además, no veo que la revisión de la absolución se suporte en la corte de justicia porque fue un veredicto unánime de jueces del Tribunal Supremo”, dijo Gishkori a DW.

Chishti dice que el futuro de Bibi sigue siendo incierto, ya que “ella está atrapada en la embajada de un país amigo a la espera de documentación”.

“El acuerdo entre el Gobierno y el TLP no afectaría su partida. Pero haría más difícil las vidas de otras víctimas de blasfemia”, dijo Chishti. “El Gobierno ha fracasado. Se ha rendido a los fanáticos una vez más”.

Los expertos dicen que Pakistán se dirige hacia más caos, lo que se evidencia con el hecho de que un destacado líder religioso, Maulana Sami Ul Haq, también conocido como el “padre de los talibanes”, fuera asesinado por atacantes desconocidos el viernes.