La primera ministra británica Theresa May, que este lunes intentaba salvar in extremis un acuerdo sobre el Brexit condenado al fracaso, hará una intervención ante los diputados por la tarde durante la cual podría anunciar un aplazamiento de su histórica votación.

May, que enfrenta desde hace días un creciente rechazo al texto que negoció con Bruselas, hará una declaración ante los legisladores a las 15:30 locales (12:30 de Chile), dijo a la AFP una portavoz del presidente de la Cámara de los Comunes.

Este anuncio llegaba después de que varios medios británicos anunciasen que la jefa de gobierno conservadora decidió aplazar la sesión de ratificación parlamentaria prevista para el martes.

Los diputados debatieron durante tres días la semana pasada y debían hacerlo durante dos más antes de una histórica votación el martes por la noche.

Al filo de los debates se hizo patente que el texto choca no solo con el rechazo de la oposición laborista, los centristas liberaldemócratas y los independentistas escoceses, sino también del norirlandés DUP -en cuyo apoyo se basa la mayoría parlamentaria de May- y de hasta un centenar de conservadores rebeldes, ya sea proeuropeos o euroescépticos.

Los defensores de una salida neta de la Unión Europea (UE) consideran que el acuerdo negociado por May hace concesiones inaceptables a los otros 27 países miembros y quieren que la jefa del gobierno pida una renegociación durante la cumbre europea ordinaria prevista para el jueves y viernes en Bruselas.

Y si ella no lo hace, contemplan hacerla caer con una moción de censura para tomar las riendas.

“La principal razón (para retrasar la votación) sería hacer un último intento de volver a Bruselas y tratar de extraer algunas concesiones más, aunque sólo sean realmente simbólicas, sólo para, de alguna manera, darle a los diputados indecisos una excusa para votar sobre este acuerdo
y convencer a sus partidarios de que ha luchado tan duro como ha podido”, dice a la AFP Constantine Fraser, experto en política europea del gabinete de analistas TS Lombard en Londres.

Desde que sellaron el acuerdo en una cumbre extraordinaria el 25 de noviembre, tanto Londres como la UE no dejan de repetir que es “el único posible”.

“No vamos a renegociar”

El lunes, Bruselas se reafirmó.

“Tenemos un acuerdo sobre la mesa (…) Este acuerdo es el mejor y el único posible, no vamos a renegociar. Nuestra posición no ha cambiado”, dijo a la prensa la portavoz de la Comisión Europea Mina Andreeva, asegurando que para Bruselas “Reino Unido abandonará la UE el 29 de marzo”.

Casi tres años después del referéndum en que 52% de los británicos votó a favor del Brexit, Reino Unido debe salir del bloque en esa fecha.

Sin embargo, el lunes la justicia europea dio un espaldarazo a quienes luchan porque el país dé marcha atrás.

Antes de que el Brexit entre en vigor, Reino Unido “es libre de revocar unilateralmente la notificación” con la que activó el proceso, dictaron los jueces del Tribunal de Justicia de la UE.

Esta posibilidad ha sido rechazada en incontables ocasiones por el ejecutivo de May.

El fallo “no altera ni el resultado del referéndum ni la clara intención del gobierno de salir” de la UE, dijo a la BBC el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, uno de los acérrimos defensores del Brexit en el seno del dividido Partido Conservador.

“No queremos permanecer en la UE, votamos de forma muy clara” en la consulta de 2016, insistió.

La decisión da sin embargo esperanzas a los partidarios de permanecer en la UE, en un momento en que toma fuerza la posibilidad de celebrar un segundo referéndum sobre el Brexit si el acuerdo de May, fruto de 17 meses de difíciles negociaciones, fracasa.

“Está claro que cualquier Brexit empobrecerá a la gente y debilitará la posición de Reino Unido en el mundo. Los diputados no sólo deberían votar en contra del acuerdo de Theresa May, sino también a favor de una consulta popular con la opción de permanecer en la UE”, afirmó el liberaldemócrata Tom Brake.

También la primera ministra había advertido la víspera, por enésima vez, que votar contra el acuerdo “comportará una gran incertidumbre para el país, con un riesgo muy real de que no se produzca el Brexit o de abandonar la Unión Europea sin acuerdo”.