La joven estrella de los demócratas Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y nacida en el Bronx, hizo historia el martes al convertirse en la mujer más joven en ser electa al Congreso a los 29 años, según proyecciones de los medios estadounidenses.
Ocasio-Cortez enarbola con orgullo sus raíces y su latinidad, y asegura que conoce bien los problemas de la clase obrera que promete defender porque ella misma los padeció.
La joven, que trabajó como mesera tras la muerte precoz de su padre de un cáncer y aún está pagando su préstamo universitario, saltó a la fama al ganar en septiembre las primarias demócratas en su distrito -que abarca zonas de Queens y del Bronx- frente al congresista demócrata en funciones, Joseph Crowley, un veterano de la política.
La joven latina, que se autodefine como socialista (aunque de centro en política internacional), se transformó de pronto en el símbolo de una gran ola de mujeres demócratas que pertenecen a minorías y que, hastiadas del statu quo demócrata y del gobierno de Trump, están revolucionando a la élite de su partido.
El récord de la congresista más joven era ostentado hasta hoy por la republicana Elise Stefanik, una ex asesora de la Casa Blanca para el presidente George W. Bush que fue electa a los 30 años en un distrito del estado de Nueva York.
Antes de Stefanik, el récord lo tenía la ex representante demócrata Elizabeth Holtzman de Brooklyn, que conquistó un escaño en la Cámara de Representantes en 1972, cuando tenía 31 años.
Las mujeres ocupan solo 23% de los escaños en el actual Senado y aún menos, 19,3%, en la Cámara baja, una de las tasas más bajas del mundo desarrollado.