El presidente de Argentina, Alberto Fernández, puso en funciones este lunes a sus nuevos ministros para relanzar el Gobierno en un intento por remontar en la carrera hacia las elecciones legislativas de noviembre y salvar su coalición de peronistas de centroizquierda.
En un acto en la Casa Rosada, Juan Manzur, el hasta ahora gobernador de Tucumán, asumió como jefe de Gabinete en reemplazo de Santiago Cafiero, cuestionado públicamente por la vicepresidenta Cristina Kirchner. En tanto, Cafiero fue nombrado canciller, en sustitución de Felipe Solá.
Asumieron además los nuevos ministros de Agricultura, Julián Domínguez; de Seguridad, Aníbal Fernández; de Educación, Jaime Perczyk; y de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus.
El nuevo equipo incorpora como jefe de Gabinete a un nombre con fuerte impronta entre los mandatarios provinciales peronistas y otros ministros con larga experiencia de gestión, clave para la relación con los que tienen poder territorial.
El resultado adverso obtenido por el Gobierno en las primarias legislativas del 12 de septiembre desató una crisis sin precedentes en el interior de la coalición Frente de Todos, que consiguió sólo 31% de los votos a nivel nacional.
“Estamos pasando el tiempo de la pandemia. Les pido a cada uno y cada una que pongan toda la fuerza. La solución es que estemos más unidos que nunca para hacer frente a lo que hace falta. No me van a ver atrapado en disputas innecesarias, disputas internas”, declaró el presidente Fernández en un breve discurso previo a tomar los juramentos, para dar por terminada la crisis.
La debacle en las primarias dejó a la vista diferencias políticas entre Fernández y Kirchner, impulsora de su candidatura a la presidencia en 2019 y a quien acompañó en la fórmula, como vicepresidenta.
En una carta dirigida al mandatario y que hizo pública el jueves pasado, después de que los ministros cercanos a ella pusieron a disposición sus renuncias, aseguró que había advertido en varias ocasiones sobre la posibilidad de una derrota debido “a la delicada situación social” y por “una política fiscal de ajuste equivocada”.
El hombre de Kirchner en el gabinete, Eduardo de Pedro, finalmente quedó ratificado en su cargo de ministro del Interior.
Medidas del Gobierno
El Gobierno perdió electores en localidades tradicionalmente peronistas y en barriadas populares, donde muchos ni siquiera fueron a votar en un país en el que la pobreza alcanza a 42% de los 45 millones de argentinos.
La pandemia profundizó la recesión que venía de 2018 y el crecimiento que registran algunos sectores, como la industria y la construcción, aún no tiene eco en la muy golpeada economía informal, que ocupa a varios millones de argentinos.
El gobierno de Fernández se propone reconquistar las simpatías perdidas con un paquete de medidas económicas para ayudar a los más desfavorecidos e impulsar el consumo, pero su mayor problema es domar la inflación que alcanzó entre enero y agosto 32,3%, por arriba del 29% previsto por el presupuesto para todo el año.
De todos modos, el Gobierno mantuvo al ministro de Economía, Martín Guzmán, a cargo de buscar una solución para hacer frente a la deuda por 44.000 millones de dólares, suscrita por el expresidente Mauricio Macri en 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tampoco tocó al ministro de la Producción, Matías Kulfas, a cargo del comercio interior y del control de precios.
De repetirse el resultado en los comicios del 14 de noviembre, el gobierno perdería la mayoría oficialista en el Senado y se alejaría la posibilidad de conseguirla en la Cámara de Diputados, cuando aún restan dos años de mandato.