Se conocieron y se enamoraron en Rojo: el color del talento. Cada uno con distintas habilidades: para uno es el baile y para otro el canto. Una historia de amor que encanta y que desafía a la intolerancia desde la televisión, en el canal estatal. Son Hernán Arcil y Andrei Hadler, quienes ya casi cumplen un año y medio juntos, con buenos y malos momentos.

“Nunca me imaginé que iba a pasarnos todo lo que nos ha pasado”, dice Hernán en conversación con BioBioChile. Y es que han pasado por mucho. Cámaras, prensa, seguidores, detractores, homofobia, nuevos proyectos… incluso, hubo un reinado del Festival de Viña del Mar entre medio.

Lo más privado queda entre cuatro paredes, aclaran. La relación, que comenzó con el paso de las semanas tras algunos juegos en pantalla y conversaciones en el programa animado por Álvaro Escobar, sigue en pie y “mejor que nunca”, afirma Andrei. “Hemos sembrado una relación súper sana y estable”, asevera.

Lo que hubo antes

La televisión fue el punto de partida. Corría 2018 cuando ambos ingresaron al programa de talentos por separado, sin saber que el tiempo los reuniría. Pasaron por los castings virtuales y presenciales, y ahora sorprenden con sus habilidades en pantalla abierta.

Andrei, oriundo de Viña del Mar, recuerda que fue difícil el proceso. Cuenta que previo a su arribo a la pantalla tuvo un potente historial familiar. Su madre se separó de su padre y se fue a vivir con otra pareja, con quien tuvo una fuerte discusión, por la que decidió dejar la casa. Sin embargo, los momentos difíciles marcaron el inicio de su carrera artística.

Comenzó a cantar en el metro de Valparaíso para pagar arriendo hasta que decidió, junto con una amiga, irse a vivir a Santiago. Y comenzó a cantar en el metro de la capital.

“Mi familia, excepto mi mamá, no me aceptó por ser gay. Entré viviendo eso a Rojo. En esa parada, como la del independiente, del que se banca todo solo. Pero son cosas que pasan y uno tiene que aprender a valorar la vida y afrontarla no más”, relata, y agrega que hoy sus relaciones con sus cercanos están mucho mejor.

Mientras, Hernán comenzaba una lucha por dignificar el trabajo de los bailarines. “Por lo general es muy complicado. La pega es muy inestable. Hay que estar buscando espacios para poder realizar el trabajo, porque se asocia más a acompañar a cantantes. Nunca tenemos un show propio. Para nosotros es más complicado siempre en el aspecto económico”, afirma.

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“Apoyo incondicional”

En cada proyecto que emprenden hay “apoyo incondicional”, aseguran ambos. Comenzaron su relación el 19 de junio de 2018, y desde ahí más amor que problemas. Claro, hubo discusiones de por medio y “arrebatos”, pero quién no los tiene.

El cantante de 21 años recuerda que las cosas se dieron naturalmente. “Dijeron algo así como: ‘Andrei, ¿te gusta Hernán’, y respondí que sí. Después le preguntaron a Hernán y también dijo sí. Ya, entonces tuvimos una cita romántica. Nada fue premeditado”, relata.

Y así han pasado meses. “Creo que ya estamos pasando por otro periodo en nuestra relación, porque ya vamos para el año y medio. Hemos tratado de hacerla mucho más privada y personal de lo que era antes. Cuando empezamos no teníamos idea de lo mediático que iba a ser”, explica Hernán.

Razón tiene, pues se convirtieron en una de las parejas más comentadas del espacio de televisión. Incluso, juntos acumulan cerca de 250 mil seguidores en Instagram. Y reciben cientos de comentarios, críticas y todo lo que se les ocurra a los internautas.

Andrei, por su parte, reflexiona en que “lo que tenemos es súper sano y súper bonito, no es dañino a los ojos de nadie o al menos no debería serlo. El problema es que hay gente que aún sigue con ese estigma”.

No obstante, la pareja repite cada vez que puede que están “muy felices” y se nota. Cada uno está orgulloso de lo que ha logrado y de los logros del otro. Tanto en la televisión como en la vida. Y es que han sabido enfrentar a seguidores, detractores, la prensa y las temidas cámaras.

Las conclusiones para ellos son claras. “¿Cuál es el problema de ser quien tú eres? Si a alguien le molesta, que se de la media vuelta, que cambie de canal. Yo estoy súper orgulloso”, sentencia el bailarín.

Nunca lo pensaron

La exposición mediática es uno de los temas que les preocupa ahora. En este momento y no antes, porque no pensaron que tendrían tal cantidad de seguidores ni de cobertura.

“Nunca me imaginé que iba a pasar todo lo que ya ha pasado (…) No es que nosotros hayamos querido hacerlo público, sino que sucedió todo en el programa. Estuvimos muy expuestos a que todo el mundo pudiese opinar y no nos molestó, pero sí fue un tema, porque en nuestro país aún existe la discriminación. No todos aceptan que haya una pareja gay en televisión”, indica Hernán.

Basta con ir un poco atrás en el tiempo para recordar que en julio de 2018, Rojo fue uno de los espacios más denunciados ante el Consejo Nacional de Televisión sólo por mostrar “vida de pareja homosexual en horario que niños ven televisión”.

“A esas personas les mando puro amor. Nada más que eso. Es lo que necesitan. Imagínate, están gastando su tiempo y sudor intentando algo que no va a pasar. Qué pena por ellos”, afirma Hadler.

A eso se sumó que ambos se subieron al podio de la victoria en la primera temporada de Rojo y que, en febrero pasado, TVN transmitió el Festival de Viña del Mar en conjunto con Canal 13, por lo que debieron participar de las actividades para promocionar el programa de talentos.

Quien tuvo una actuación más activa fue Arcil, quien se presentó como candidato a rey con su compañera Chantal Gayoso. Y ganaron. Debieron realizar el clásico piscinazo en el Hotel O’Higgins y participar de todas las actividades que correspondían.

La oportunidad dejó a Hernán como el primer rey homosexual del certamen. “(Esto) Ya es más normal. Antes me gritaban en la calle ‘hueco’ cuando iba con alguien de la mano, ahora me dicen ‘¿me puedo sacar una foto contigo?’”, dijo en febrero a BioBioChile.

Minutos después de esas declaraciones, el cantante manifestó que con la elección significaba “un avance grande en Chile. Estamos saliendo del conservadurismo, de lo tradicional (…) Mi chancho se lo merece”.

El proyecto que los unió más aún

En medio de un nuevo capítulo de Rojo, Andrei estrenó su nuevo single y videoclip Solo a ti. La producción significó una colaboración entre decenas de expertos, aunque también unió aún más a la pareja.

“Me siento muy feliz porque Andrei me tomó como su co-coreógrafo y participé harto del video. Eso demuestra que el respeto entre nosotros es mutuo”, cuenta Hernán.

Andrei detalla que “fue un trabajo súper duro, pero es bonito ver cómo todo está dando frutos (…) Él principalmente se dedicó a hacer el montaje de la coreografía, dirigió la mayoría de las tomas. Todo en base a las ideas que le di. Creo que el hecho de estar en pareja con él hizo que nos complementáramos muy bien, más allá de lo físico y lo emocional”.

Explica que escribió el single hace dos años y está basado en una relación con un ex. “No es que se la haya dedicado, sino que retrata la situación que ocurrió”, dice.

“Este chico no quería nada serio y a mí realmente me importaba esta persona. Entonces dije ‘si no quiere nada serio, entonces nada serio’. En eso, me interesó otra persona, pero el que no quería nada serio sintió celos y me hizo un escándalo. Ahí me di cuenta que ese chico, el primero, realmente sentía amor por mí”, explica.

“La canción dice en una parte algo así como Solo quería ver si importaba el amor que entregaba, todos los besos que daba. Es, al final, una clase de disculpa, porque hice eso sabiendo que la otra persona se iba a sentir mal. Pasó, pero igual me alegra que haya pasado, porque me confirmó que los sentimientos de la otra persona eran reales”, añade.

¿Proyecciones?

Sí, si nos hemos proyectado. Queremos viajar y hacer muchas cosas, pero yo siempre he sido de vivir el momento. Me gusta ver qué está sucediendo y para dónde va la cosa”, afirma Andrei. Hernán piensa lo mismo.

Eso sí, cada uno tiene distintas proyecciones sobre sus carreras. Mientras Andrei se dedicará a la creación e interpretación de su música, Hernán está en el “proceso” de preguntarse “a qué me gustaría llegar”.

“Nunca me hago expectativas con respecto a nada, pero sí me pongo metas. Esta vez estoy completamente decidido a llevar mi arte al escenario. Mi objetivo ahora es tratar de llegar a ser coreógrafo del Festival de Viña del Mar o de Olmué, adquirir desafíos mas grandes para el futuro. Estoy con los brazos abiertos a recibir todas las críticas para mejorar”, comenta.

“Por ahora lo que más quiero es bailar. Tratar de expresar lo que siento y cómo veo la danza. Mi objetivo, sobre todo porque tengo pantalla, es llevar todos los problemas de la sociedad y lo que ocurre a la palestra. Es mi forma de protesta. Como artista deberíamos apoyar a los que no están en pantalla y a los que no tienen voz, reflejar culturalmente lo que pasa en nuestro país, obviamente sin pasar a llevar a nadie, con respeto”, añade.

Pero sin duda uno de sus mayores logros ya se cumplió. Ellos mismos lo desclasifican. “Con lo que ha pasado en Rojo, hicieron que mucha gente, incluso mi familia, viera lo que es el amor y una relación de verdad. Toda la gente pensaba que ser gay era ser promiscuo y andar como picaflor de flor en flor (…) La gente se dio cuenta de que lo que tenemos es algo bonito”, relata Andrei.

Agrega que “hay gente que no acepta nuestra relación pero hay que enfocarse en lo positivo. Muchas veces la gente pone obstáculos y generan dudas y comentan mucho también, pero nos enfocamos en lo positivo, en lo que nos hace crecer”.

“Si en la relación está todo bien, hay que darle no más. Seguir, seguir, seguir”, sentencia.

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