El joven cubano vive una realidad diametralmente opuesta en Miami, Estados Unidos, trabajando en una panadería para ganarse la vida.

Fue en 2012 cuando estrenó su tema El estilo de Peter La Anguila, que pronto se volvió viral en YouTube, alcanzando cifras impensadas en corto tiempo.

“En menos de 24 horas ya tenía 5 millones de reproducciones. Fue un cambio de la noche a la mañana”, recuerda Pedro Dayán Millán, su nombre real tras el personaje.

La canción lo llevó a la fama y junto a eso llegaron los excesos, detenciones, violencia doméstica y una serie de problemas que tienen al artista con una nueva vida, alejado de la música.

Episodios de violencia

Fue en 2015 cuando terminó en la cárcel por violencia doméstica contra su pareja y madre de sus gemelos, la reguetonera Yenia Millán.

“Quince días antes fue ella la que cayó presa por violencia doméstica hacia mí. Eso es lo que nadie sabe. Pero como es la mamá de mis hijos, retiré todos los cargos”, explica al programa De primera mano de Imagen Televisión.

El artista agrega que “después vuelve a haber otra discusión. Los vecinos llaman a la policía, salgo y digo que fui yo. Ella retira los cargos, pero me cae arriba el Estado de Florida”.

El músico fue detenido y posteriormente dejado en libertad tras el pago de una fianza de cinco mil dólares.

Drogas

La fama trajo consecuencias negativas en la vida del youtuber, ya que en 2017 también fue detenido, esta vez por posesión de cocaína.

El joven de 26 años detalla que “es un mundo donde ves de todo, entras a una fiesta y hay todo: cocaína, marihuana. Las mujeres se me tiraban encima”, dice.

“Antes yo era el que corría tras ellas, y ahora tenía que correr para que no me cayeran encima”, complementa.

El músico confesó que fue él quien dijo que tenía la droga. “Estuve 21 días en la corrección de Miami”, lamenta.

Ocaso y presente

Al poco tiempo y a raíz de estos problemas, su popularidad fue decayendo. “Antes todo el mundo estaba a mi lado y ahora nadie me dice nada”, señala.

A eso se sumaron problemas con sus representantes. “No sabía lo que ellos hacían, cómo tenían los contratos ni cuánto cobraban. No me metía en eso”.

El artista cuenta que “caí en depresión cuando me tocó enfrentarme a la realidad. Ya no era Peter La Anguila, ahora me tocaba trabajar”.

“La gente me miraba y no entendía que una persona tan famosa ahora esté trabajando como cualquiera. Eso me chocaba”, aclara, haciendo referencia a su trabajo como despachador de hamburguesas.

Hoy Pedro Dayán Millán se gana la vida en una panadería de Miami. “Lo que hacemos es la masa de pan para restaurantes y aeropuertos. El pan de nosotros es salado y a la vez un poco dulce”.

De esta manera, Peter La Anguila se mantiene como una persona común y corriente, alejado de las luces y los escenarios que tanta fama le trajeron hace nueve años.

Revisa la entrevista completa acá: