El jueves 26 de marzo se conoció que el príncipe Harry, la actriz Meghan Markle y su hijo Archie dejaron la Isla de Vancouver en Canadá para instalarse de manera definitiva en Los Ángeles, California, la ciudad natal de la ex estrella de Suits.

Debido a la pandemia de coronavirus, el movimiento no acaparó la atención de la prensa especializada ni de los seguidores de la pareja y solo fue filtrada y confirmada a los días de ocurrir.

Desde ese entonces, la joven pareja ha mantenido un bajo perfil, aunque ya ha realizado actividades de caridad, como por ejemplo entregar comida a personas enfermas a través de una ONG.

Pero siguen siendo figuras mundiales, aunque estemos en pandemia. Y tienen dinero, mucho.

En esa línea, Hello confirmó detalles acerca de su casa en la ciudad cuna del entretenimiento e incluso detalles acerca de la morada de los duques de Sussex.

En esa línea, fuentes indicaron a la revista que la vivienda está avaluada en £14,5 millones (US$17,5 millones), cuenta con ocho dormitorios y doce baños.

No obstante, de momento arriendan la propiedad a la que solo se puede ingresar tras pasar dos puntos de seguridad.

Pero la publicación también consignó que la residencia de estilo toscano está ubicada en el exclusivo barrio de Beverly Hills y que en sus cercanías tienen a mega estrellas de Hollywood como vecinos.

Así, según las fuentes del citado medio, Harry y Meghan son vecinos de los cantantes Adele, Rod Stewart, Keith Urban y Elton John; los actores Jennifer Lawrence, Katy Perry, Cameron Díaz, Orlando Bloom, Nicole Kidman, Ashton Kutcher y Mila Kunis, además de la tenista Serena Williams, una de las mejores amigas de la actriz.

En enero, ambos fueron noticia a nivel internacional tras comunicar su decisión de dejar la familia real en su calidad de “miembros senior“, particularmente por el trato de la prensa británica en contra de Markle, una estadounidense mitad caucásica mitad afro descendiente que ya cuenta con un matrimonio fallido a cuestas.

La salida fue bautizada como “Megxit” y en primera instancia contempla un periodo de un año, en el cual deberán ser económicamente independientes del dinero de la familia real.

La medida será revisada a comienzos de 2021 y de extenderse, la Casa de Windsor perderá de manera definitiva de sus filas al último hijo de la princesa Diana de Gales y el príncipe Carlos.