Expertos de la astrobiología evalúan la presencia de estructuras de sal, similares a los glaciares, que podrían albergar vida microbiana en Mercurio.

¿Es posible que Mercurio, el planeta más cercano al Sol, contenga algún tipo de vida? Científicos del Instituto de Ciencias Planetarias (PSI) proponen que sí, pero en condiciones que se alejan un poco de la realidad que conocemos en la Tierra.

Un nuevo estudio encontró la posibilidad de que existan glaciares de sal en Mercurio, el planeta más cerca del Sol y el más pequeño de todo el Sistema Solar. Los científicos evalúan que, incluso las condiciones más extrañas, pueden generar terreno habitable para la vida microbiana en el Sistema Solar.

De acuerdo con Space.com, otros descubrimientos anteriores también abordaron la posibilidad de la existencia de glaciares en Plutón, el objeto que ya no se considera un planeta como tal y que se encuentra más lejos del Sol.

Esto último, respalda la idea de que en condiciones extremas pueden existir formaciones similares a las de la Tierra, donde podría generarse vida microbiana, lo que los expertos dicen, es aún más interesante.

¿Vida microbiana en Mercurio?

¿Por qué creen esto? La clave está en los procesos de la Tierra que tienen que ver con la sal, como la hay en Mercurio, según plantean: “Los compuestos de sal específicos en la Tierra crean nichos habitables incluso en algunos de los entornos más hostiles donde se encuentran, como el árido desierto de Atacama en Chile“, explicó el autor principal de la investigación y científico de PSI, Alexis Rodríguez.

“Esta línea de pensamiento nos lleva a reflexionar sobre la posibilidad de que haya áreas subterráneas en Mercurio que podrían ser más hospitalarias que su dura superficie”, agrega.

Además, descubrimientos que propician teorías como esta, hacen más amplia la comprensión en torno a los ambientes que pueden sustentar la vida en otros planetas.

Recordemos que, hasta el momento, la vida que conocemos ha surgido según las condiciones de la Tierra, pero en otros planetas, de encontrarse, podría ser distinta.

“Este descubrimiento innovador de los glaciares de Mercurio amplía nuestra comprensión de los parámetros ambientales que podrían sustentar la vida, añadiendo una dimensión vital a nuestra exploración de la astrobiología, también relevante para la habitabilidad potencial de exoplanetas similares a Mercurio“, puntualizó Rodríguez.