Los investigadores esperan que estos datos recolectados ayuden a incentivar un mayor cuidado de esta raza, la regulación de la cría selectiva de perros y la concientización por su compra.

El estudio fue realizado en el Royal Veterinary College de Reino Unido y tenía como enfoque investigar las complicaciones de salud comunes de los Bulldogs Ingleses, provenientes de la modificación genética en esta raza.

La investigación contextualiza que “el Bulldog Inglés ha aumentado considerablemente en popularidad durante la última década”. Y sus resultados hacen evidente que la salud de los Bulldogs ingleses es sustancialmente más baja que la de otras razas.

En específico, el estudio incluyó muestras de 2.662 Bulldogs Ingleses y 22.039 perros de otras razas. Allí descubrieron que eran doblemente propensos a sufrir enfermedades relacionadas con las vías respiratorias, piel y ojos.

Los Bulldogs ingleses tenían 2,04 veces más probabilidades de ser diagnosticados con: dermatitis del pliegue cutáneo; glándula de membrana nictitante prolapsada; prognatismo mandibular; trastorno congénito; trastorno del tracto respiratorio inferior; y trastorno de la cola”, dice el paper.

Esto tiene que ver con las modificaciones genéticas de esta raza, que se generó por la crianza selectiva y la compra, que trajo consigo los criaderos. Las características más problemáticas de estos animales, dice el estudio, son la cara plana, los pliegues profundos en su piel de la cara y la respiración ruidosa.

Frente a esto, los investigadores señalan que “se recomienda encarecidamente la redefinición inmediata de la raza hacia una conformación moderada. Para evitar que Reino Unido se una a la creciente lista de países donde la cría de Bulldogs Ingleses está prohibida”.

“Muchas de las predisposiciones a los trastornos están intrínsecamente relacionadas con la conformación extrema de los Bulldogs Ingleses”, señalan. Además, hacen énfasis en que la gente percibe estos rasgos como ‘cualidades normales’, pero son problemas importantes de bienestar.

Si bien este estudio en particular se refiere al Bulldog Inglés, también se informan algunos de estos trastornos en Pugs, Bulldogs Franceses, Pekineses, Boston Terrier, Boxer y Shih Tzu.

¿Cómo deberían ser los Bulldogs Ingleses?

El estudio también hace un recorrido por la historia de esta raza. Allí informan que en un principio eran animales atléticos y musculosos “criado y utilizado para atacar toros por deporte”. En ese entonces eran parecidos a los Pitbulls, pero ligeramente más pequeños.

Sin embargo, en 1835, este ‘deporte canino’ fue prohibido y el Bulldog Inglés comenzó a usarse como perro de exhibición. Un pasatiempo que se popularizó a fines del siglo XIX en Reino Unido.

“Los bulldogs, al igual que otras razas que se ‘desarrollaron’ en ese momento, se criaron selectivamente para cumplir con los ‘estándares de raza’ buscando una apariencia preferida idealizada”, dice el estudio.

Luego de esto “las influencias combinadas del estándar de la raza y la moda de exhibición impulsaron una transformación física dramática del Bulldog”. Y así se convirtió en lo que es hoy.

Este Bulldog ‘remodelado’ tenía rasgos exagerados de sus antepasados. En particular, una cara más corta con una mandíbula inferior sobresaliente, una complexión gruesa y patas delanteras arqueadas.

Incluso cuando ese cambio fue reciente, en 1890 aproximadamente, los expertos ya describían varios de los trastornos que se informan hasta hoy. Como una vida corta, intolerancia al calor y al ejercicio, distocia, enfermedades de la piel y vías respiratorias complicadas.

Los investigadores esperan que estos datos recolectados ayuden a incentivar un mayor cuidado de esta raza y, que no es la única con este tipo de problemas. Además de la regulación de la cría selectiva de perros y la concientización por su compra.