Este sábado 10 de agosto, en discoteque Blondie, Carlos Cabezas repasará en vivo las canciones de su primer disco solista, El Resplandor, a 22 años de la gesta y de la mano de una reedición del álbum.

“Ese disco como tantos otros está descontinuado, descatalogado, porque las compañías disqueras tienen sus modelos de negocios que hacen que parte importante de los catálogos para las compañías sean productos”, cuenta el músico, en diálogo con BioBioChile.

Para Cabezas, el proceso de grabación de El Resplandor se traduce en recuerdos de colaboración, de camaradería, en medio de un entusiasmo colectivo por crear y grabar.

“Había un momento de mucha comunión y colectividad. Se veían espacios muy optimistas y esperanzadores en términos del desarrollo que podía tener nuestra música”, explica, convertido dos décadas después en una de las figuras más influyentes del rock/pop local.

El productor y músico Cristian Heyne (Shogún, Christianes) y el baterista Tilo González (Congreso), célebres colaboradores del álbum, serán parte del show en vivo que alista el líder de Electrodomésticos.

“Él (Tilo González) grabó en Lo mejor de ti, en ese tema… En general nos ayudábamos todos harto, independiente que los lenguajes musicales eran distintos”, agrega sobre el álbum, donde también participaron Gabriel Vigliensoni y Titae Lind, entre otros.

Para el compositor, la intensidad sonora de El Resplandor, un disco de rock y máquinas y de halo industrial, en la línea de la oferta extranjera de fines de los noventa, es hoy reflejo de aquella época y dinámica laboral, desprovista de dogmas y objetivos inmediatos.

“Distinto como es ahora, que la producción musical es muy cuidada, precisa, el disco es muy desordenado”, reconoce. “No tiene mucho pudor y no pasaría los filtros de los productores musicales de ahora. Tiene cierta libertad que uno va perdiendo eventualmente, al ir sofisticando la manera de trabajar”, dice.

Sobre esta idea, profundiza: “Creo que es bueno conectarse con eso. Con esa visceralidad, esa desprolijidad, esa explosión que había en el quehacer. Es bueno no perder contacto porque eso le da cierta honestidad e impulso al trabajo creativo”.

¿Hay, entonces, demasiado cálculo en la producción musical actual? Responde Cabezas: “Pucha, sí, hay harto, ahora quizás menos, pero hay harto modelo de negocios dando vuelta, la industria se mueve mucho por ese lado también. Probablemente la producción más masiva de música tiene harto de cálculo. Están los algoritmos metidos por todos lados. Nos conocen, nos sacan la foto tal como las plataformas musicales te leen y te muestran lo que tú quieres”.

carlos cabezas
Cedida