Existen muchos mitos en torno a la higiene íntima que sólo confunden a las mujeres que no saben qué es lo que deben o no deben hacer al respecto.

Para aclarar algunos puntos fundamentales, la conocida matrona y sexóloga española Laura Cámara escribió una columna donde despeja algunas dudas.

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Pon atención.

1. ¿Con qué debes lavarte?

“En primer lugar, hay que empezar por decir que es muy difícil eliminar el flujo, el olor, la humedad en la zona genital, porque los genitales cumplen una función excretora. Es decir, dejan salir flujo, secreciones, la menstruación, etc., al exterior del cuerpo. Cosa que es totalmente necesaria. Así que la naturaleza ha puesto ahí toda esa cantidad de flujos y olores. Asúmelo. Intentar eliminarlos del todo es inútil y perjudicial”, comentó Laura.

Dicho esto, la profesional comentó que puedes “usar un gel para la zona íntima con un pH adecuado que no irrite ni reseque la zona. O bien un gel de ducha neutro que nos sirva para todo el cuerpo, y también los genitales. Hay muchos productos en el mercado donde elegir”.

No debemos usar ningún producto que sea agresivo, como jabones o desodorantes íntimos, y pretender eliminar el flujo o el olor totalmente. Como te digo, ni se puede, ni se debe“, indicó.

Por último, no recomienda usar jabón común, “no es que sea malo, pero el jabón casero reseca mucho (…) Tampoco se suelen recomendar las toallitas húmedas, porque en general resecan e irritan demasiado”, enfatizó.

2. Frecuencia de lavado

Cámara explica que “la higiene íntima femenina no debe ser excesiva. El exceso de higiene y gel en los genitales va a producir primero, sequedad, y segundo, que eliminemos toda la protección que de manera natural tiene la zona. Aunque no nos lo parezca, el flujo, la lubricación, etc…, están ahí para algo. Lavarse en exceso sólo puede llevarnos a que la zona genital quede desprovista de su protección natural y favorezcamos las infecciones”.

Por lo mismo, la profesional aconseja que la higiene genital femenina sea una vez al día. “La ducha diaria proporciona a la zona una higiene adecuada. Por otro lado, si estás en algún proceso de infección o en los días de la menstruación y sientes la necesidad de lavarte con más frecuencia, hazlo sólo con agua. Sin usar ningún producto. Eso suele ser suficiente”, expresó.

3. Siempre de adelante hacia atrás

“Cuando limpiamos los genitales, ya sea con papel higiénico o con agua, debemos limpiar la zona siempre en la misma dirección: de la parte anterior a la posterior. Es decir, de la parte más limpia (uretra y vagina) a la parte más sucia (que es el ano). Si lo hacemos al revés, podemos facilitar las infecciones por el hecho de llevar restos de heces hacia la vagina o la uretra”, comentó la experta.

Laura afirma que además esto es importante en todas las edades. “Desde los bebés, las niñas, adultos o mujeres mayores. Así que cada vez que vayas al baño o durante la ducha, debes lavarte de delante hacía atrás. Enseña a tus hijas a hacerlo así. De este modo, les estás enseñando un buen hábito de higiene para toda la vida”, manifestó

5. Las duchas vaginales

“Las duchas vaginales son la aplicación de agua o productos específicos de limpieza para el interior de la vagina. Como te he comentado antes, la vagina es una parte del cuerpo húmeda, que siempre va a tener restos de flujo y secreciones. Y es bueno que los tenga”, contextualiza Cámara.

En este sentido, ella señala que las duchas vaginales quitan toda esa lubricación y protección natural, y producen mucha sequedad. “Esa sequedad en la vagina más bien produce malestar. Además, igual que te he dicho antes, eliminan los microorganismos que deben estar en la vagina para evitar infecciones. Así que no se recomiendan las duchas vaginales. Lo que hay de manera natural en la vagina déjalo ahí”, explicó.

“Usa las duchas vaginales sólo si forma parte de un tratamiento prescrito por algún/a médico para algún caso concreto de infección vaginal”

6. Uso de esponjas de ducha

La especialista dijo que “no se recomienda el uso de esponjas para lavar los genitales, porque pueden ser una fuente de gérmenes. Usa las manos limpias para lavar bien en la vulva y entre los labios y el clítoris”

7. Higiene durante la menstruación

“Tanto si usas tampones, compresas (toallas higiénicas) o copa menstrual, cámbiate de manera regular, sin dejar pasar más de 4-6 horas. En caso de usar tampones, es importante usar un tamaño de tampón adecuado a la cantidad de menstruación. Un tampón más absorbente de lo necesario produce demasiada sequedad vaginal”, comentó.

Laura explicó que aunque durante la menstruación es suficiente con lavarse una vez al día, “si aún así sientes la necesidad de hacerlo más a menudo, hazlo solo con agua. No uses gel todas las veces”.

8. Depilación de la zona genital

Cámara dice que por comodidad o estética muchas mujeres deciden depilar esa zona. Sin embargo, “quitar el vello de la zona genital también es quitar una protección propia de esa área. Si eres propensa a las infecciones y a la sequedad vulvar y te depilas completamente la zona, prueba a dejar algo más de vello en los genitales, de manera que la piel de la vulva recupere una protección natural”.

“Si tu opción es la depilación completa de los genitales, ten cuidado con usar productos agresivos o cuchillas que puedan dar pequeños cortes. No hace falta decir que la zona merece el máximo cuidado”, comenta.

9. Ropa interior

En el mercado existe una gran variedad de ropa interior de diversas telas, colores y formas. Pero ella aconseja que elijas tu lencería “pensando en tu comodidad, y no en la estética. Claro está que estoy hablando de tu vida diaria. Si necesitas ropa interior para una ocasión especial…, es otro tema”.

“Usa ropa interior de algodón de ser posible. Si tienes problemas de picores y molestias vulvares, prueba a cambiar de ropa interior. Quizá la que estés usando no sea de algodón, o de un algodón de mala calidad, o con unos tintes demasiado agresivos para tu piel”, especificó.

10. Después de las relaciones sexuales

“Después de tener relaciones sexuales, no hace falta hacer ninguna ducha vaginal, pero sí puedes lavarte con agua o un gel íntimo. Así eliminaremos el exceso de fluidos, y/o de productos como los lubricantes que pueden contener, por ejemplo, los preservativos. Recuerda que lavarse después de tener relaciones no evita las Enfermedades de Transmisión Sexual”, señala la experta.