Cerca del 15% de las subcuencas de La Araucanía están contaminadas con didymo, considerado como una plaga en fuentes de agua dulce. Se estima que en 2018, las cifras se podrían elevar a un 50% de no existir medidas para contrarrestar sus efectos.
Esta es un alga que provoca severas alteraciones en los ecosistemas de los causes de agua, como el deterioro del paisaje y de las actividades productivas, impactando en el turismo y en la pesca.
La consejera regional de La Araucanía, Jaquelyn Romero, presidenta de la Comisión de Turismo, Agricultura, Minería y Bienes Nacionales, indicó que es urgente invertir en prevención porque la economía regional se podría ver gravemente afectada.
Entre las medidas que se pretenden aplicar en La Araucanía, está disponer de un Centro de Estudio de Investigación de la metodología molecular, junto con ello continuar con un plan de fiscalización y monitoreo, planes de prevención, intervención, educación y planes de regulación a través de la ordenanza municipal.
Según los expertos, hoy no hay una solución real para eliminar a la microalga sin que dañe el resto del ecosistema, por lo tanto la prevención para evitar que la plaga se siga expandiendo es la mejor herramienta.