El primer ministro griego, Alexis Tsipras, adoptó este lunes un tono desafiante con sus acreedores, horas después de que volvieran a fracasar las negociaciones entre ambas partes sobre el programa de ayudas a Atenas.
El dirigente aseguró que Grecia esperará “con paciencia” hasta que sus acreedores –Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Unión Europea (UE)– “se adhieran al realismo”.
Tsipras arremetió contra los acreedores por “su oportunismo político” al intentar obligar a Atenas a recortar aún más su sistema de pensiones, una medida que el gobierno antiausteridad siempre se ha negado a aplicar.
“Uno sólo puede ver un propósito político en la insistencia de los acreedores en nuevos recortes en las pensiones tras cinco años de saqueo bajo los rescates financieros”, declaró el primer ministro al diario de izquierdas Ephimerida ton Syndakton.
Grecia y sus acreedores negocian el desembolso del último tramo de ayuda prometido a Atenas, de 7.200 millones de euros, a cambio de un programa de reformas sobre el que no consiguen ponerse de acuerdo. El gobierno de Tsipras dijo estar preparado para regresar “en cualquier momento” a la mesa de negociaciones, pero insistió en que la oferta griega debe ser la base de las conversaciones.
Grecia estaría, sin embargo, dispuesta a aceptar los objetivos de superávit primario (fuera del pago de la deuda) fijados por los acreedores para este año (1%), según Annika Breidthardt, una portavoz de la Comisión Europea. Ese punto suponía uno de los mayores obstáculos en las negociaciones, ya que Grecia deseaba un superávit primario del 0,6% para 2015.
Desacuerdo entre acreedores
El FMI y la UE presentaron a Atenas una propuesta de cinco puntos, en la que insisten en un ajuste fiscal para el país y la reforma de las pensiones. La “pelota está indudablemente en el tejado” de Grecia, declaró este lunes el presidente del BCE, Mario Draghi.
“No aceptaremos medidas que aumenten el IVA sobre los bienes de alimentación básica ni una rebaja de las pensiones”, insistió, por su parte, el portavoz del gobierno Gabriel Sakellaridis. “Es uno de los sistemas de pensiones más costosos de Europa y una reforma es parte de las peticiones de los acreedores”, respondió la Comisión Europea, recordando que “las instituciones no pidieron una reducción de las pensiones a nivel individual”.
El economista jefe del FMI, Olivier Blancard, consideró el domingo que un alza del IVA y una reforma de las pensiones eran imprescindibles en Grecia, al tiempo que pedía a los gobiernos europeos que tuvieran un gesto sobre la deuda griega.
Estos últimos, que temen la presión de sus electores, se niegan, sin embargo, a aceptar cualquier cancelación sobre la deuda griega. El desacuerdo entre los acreedores no facilita las negociaciones y no hay ninguna reunión prevista con Atenas hasta el eurogrupo del jueves.
El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, representará a Grecia ante sus homólogos, mientras Tsipras viajará a Moscú, por segunda vez en dos meses. La situación financiera de Grecia sigue suscitando temores sobre su posible salida de la eurozona, a medida que se acerca el 30 de junio, fecha en la que expira el programa de ayudas a Atenas y en la que el país debe reembolsar 1.600 millones de euros al FMI.
“Hay un riesgo cierto de salida (de Grecia de la zona euro) que no sería bueno para Europa y, desde luego, sería pésimo para el pueblo griego”, afirmó José Manuel García-Margallo, ministro de Relaciones Exteriores español. La bolsa de Atenas reflejó esas preocupaciones este lunes, con una caída del 4,68%.