La escudería Mercedes, ya ganadora en Australia y Malasia, afronta este fin de semana en Bahrein la tercera prueba del Mundial 2014 con el objetivo de seguir con su racha, en una carrera marcada por las protestas políticas y el enfrentamiento entre el gobierno y la oposición.

En un contexto político y social difícil, como viene siendo habitual en Bahrein y que ya supuso la anulación del Gran Premio en 2011, la marca alemana quiere seguir con su marcha triunfal tras los éxitos del alemán Nico Rosberg en Australia y del británico Lewis Hamilton la semana pasada en Malasia.

Los equipos cuentan en esta ocasión con la ventaja de conocer el circuito de Sakhir, en las afueras de Manama, ya que allí se celebraron dos sesiones de entrenamientos libres en pretemporada, que precisamente dominaron los monoplazas con motores Mercedes. Como novedad la carrera del domingo se disputará por la noche.

Pero Renault y Ferrari, los otros dos fabricantes, no han dicho su última palabra. Quedan 17 carreras por disputar y Toto Wolff, jefe de Mercedes-Benz Motorsport, es consciente de que la tendencia natural es que sus rivales mejoren, a pesar del retraso que llevan con respecto a ellos.

“Podemos estar muy orgullosos de que lo hayamos hecho bien, pero no es el momento de ser complacientes. Estamos en el comienzo de un año que va a ser muy exigente para todo el mundo y ya sabemos que el éxito puede cambiar muy rápido de dueño”, dijo Wolff.

Y es que a pesar del dominio de las Flechas de Plata, la amenaza del gran dominador del Mundial en los últimos cuatro años, Red Bull, ya se hace notar.

Tras los problemas que lastraron su pretemporada, el equipo austriaco ha conseguido que sus pilotos se suban al podio en las dos carreras.

En la primera el debutante con Red Bull Daniel Ricciardo fue segundo, aunque más tarde fue descalificado (pendiente de la apelación el 14 de abril), mientras que hace una semana el alemán Sebastian Vettel fue tercero tras la pareja de pilotos de Mercdes.

“Estamos ahí y eso es lo más importante. Tenemos mucho trabajo por hacer ante estos dos (Rosberg y Hamilton), que son muy rápidos. Vamos a intentar alcanzarlos, es una cuestión de tiempo”, señaló Vettel, campeón del mundo los últimos cuatro años.

Manifestaciones violentas

El alemán ganó en Sakhir en 2012 y 2013. El año anterior la carrera fue anulada debido a las protestas chiitas contra el régimen sunita de la dinastía Al-Jalifa.

En los últimos días la poderosa formación opositora chiita Al Wefaq llamó a manifestarse este viernes cerca de Manama con motivo de la carrera y un grupo más radical pidió a sus partidarios protestar en la capital.

La organización de la carrera, muy próxima a la familia real, intenta por todos los medios que el décimo aniversario del Gran Premio de Bahrein se celebre sin sobresaltos, pero las protestas se han sucedido en varias ciudades chiitas cercanas a Manama. A comienzos de marzo tres polícías fallecieron.

En este clima de enfrentamiento el grupo opositor, “el Colectivo del 14 de febrero” llamó a manifestarse en la capital bajo el lema “Impidan el Gran Premio manchado de sangre”.

Las manifestaciones suelen convertirse en un enfrentamiento entre la policía, que utiliza gases lacrimógenos, y los grupos de protesta, que utilizan piedras y cocktails molotov.

La Organización Internacional de los Derechos del Hombre calculó que al menos 89 personas (sin contar los miembros de las fuerzas del orden) fueron asesinadas desde 2011.

Amnistía Internacional pidió el martes a las autoridades de Manama “no reprimir las manifestaciones pacíficas” con motivo de la carrera de Fórmula 1 y recordó que el Gobierno había calificado de “traidores” a los militantes por hacer pedido el boicot a la misma.