“Inocente hasta que se compruebe lo contrario”, así se define Benjamín Maureira a dos días de dejar la Secretaría Ministerial de Educación. Dice estar tranquilo y confiado en lo realizado, consignando una trayectoria de 30 años en el sistema público.

Asegura que el hecho de que la administración de Jacqueline Van Rysselberghe le pagó en cientos de horas extraordinarias, hasta la fecha no justificadas, “fue menor” ante el casi millón de dólares que el municipio se ahorró con su gestión, cuando siendo Jefe del Departamento de Educación Municipal en vez de solicitar que una empresa externa llevara adelante el diagóstico comunal, decidió realizarlo él. En Concepción costó 80 millones de pesos, sostuvo.

Si bien la Contraloría Regional emitió dos informes y la Justicia lleva adelante una investigación en su contra, la acusación mediática hace que su imagen penda de un hilo, expresó.

Su defensa se basa en que “este sistema arcaico” demanda formalidades “imposibles de cumplir”, aseguró Maureira.

Respecto a su renuncia, Benjamín Maireira puntualizó que lo hizo para no dañar más la gestión del Intendente Víctor Lobos y del Ministerio de Educación en un año de campañas. Finalmente aseguró que prefiere alejarse de quien también se encuentra involucrada en estos hechos de corrupción, Jacqueline Van Rysselberghe.