Un padre divorciado, que subió el viernes a una grúa en la zona industrial de Nantes (noroeste de Francia) para reclamar el derecho a visitar a su hijo, declaró el lunes que no bajará hasta que la justicia escuche sus reclamos.
Los canales de televisión de Francia dan cada hora informaciones sobre Serge Charnay, de 42 años, que el lunes empezó su cuarto día atrincherado en lo alto de una grúa de 40 metros de alto.
El hombre anunció que sólo bajará después de que se celebre una reunión entre los titulares de Justicia y asociaciones que defienden los derechos de los padres ante la justicia, que favorece a las madres en la custodia de los hijos.
La responsable de Justicia, Christiane Taubira, debe reunirse con las asociaciones que defienden los derechos de padres divorciados que se estiman perjudicados por la justicia francesa.
Cherney ha dicho que se quedará atrincherado en la grúa que se levanta en los antiguos astilleros de Nantes aunque se le acaben los víveres.
“Voy a bajar sólo después de la reunión de Taubira” con las asociaciones de defensa de los derechos de los padres”, afirmó el lunes Charnay, que fue privado de su derecho a ver a su hijo tras haber sido condenado por “sustracción de hijo”.
El hombre pide la revocación de esa condena y la autorización de ver a su hijo, nacido en 2006.
La madre ha dicho, por boca de su abogado, que Charnay es un hombre violento y que ha proferido amenazas en su contra.
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