Las fuerzas del régimen sirio bombardearon este jueves con artillería pesada varios bastiones rebeldes en todo el país donde el balance de víctimas no cesa de aumentar con al menos 305 muertos durante la jornada, que ha resultado ser la más letal en 18 meses de conflicto.

Sin solución alguna a la vista para terminar con la guerra civil, la violencia se intensificaba en un transfondo de bloqueo diplomático internacional que tampoco varía.

Al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Estados Unidos pidió al Consejo de Seguridad “tratar una vez más” de encontrar un acuerdo para poner fin al derramamiento de sangre en Siria, y el jefe de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, lamentó los “desacuerdos” en el seno de esta instancia.

Las potencias occidentales y varios países árabes reclaman la salida del presidente Bashar Al Asad que quiere terminar “a cualquier precio” con los “terroristas”, como denomina a los rebeldes.

De su lado, China y Rusia rechazan toda injerencia en los asuntos de su aliado sirio.

En tanto, en el terreno, decenas de civiles mueren todos los días en los bombardeos aéreos y de la artillería de las fuerzas del régimen, los combates entre soldados y rebeldes y las ejecuciones sumarias, según las ONG.

La jornada más sangrienta

El miércoles, al menos 305 personas, de ellas 199 civiles, murieron en el país, en el día más letal registrado desde marzo de 2011, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Este balance sólo tiene en cuenta las personas identificadas. Si se cuentan los cadáveres encontrados y no identificados, el balance sería aún más elevado”, declaró a la AFP el jefe del OSDH, Rami Abdel Rahman.

En total, el conflicto ha provocado más de 30.000 muertos, según el OSDH y ha obligado a huir a más de 300.000 personas, mientras que unos dos millones de sirios carecen de productos de primera necesidad.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) indicó el jueves que podría haber más de 700.000 refugiados sirios a fines de 2012, contra 300.000 actualmente, por lo que las agencias humanitarias de la ONU revisaron en alza sus necesidades, situándolas en 487,9 millones de dólares.

La comisionada europea para la Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, reclamó un acceso más expedito para las agencias y organizaciones humanitarias en Siria, donde la situación se agrava al acercarse el invierno.

El jueves, varios bastiones rebeldes asediados por el ejército en las provincias de Homs, Hama (centro), Alepo (norte), Idlib, Latakia (noroeste) y Deir Ezor (este) erán objetivo de violentos bombardeos con artillería pesada, según el OSDH.

El OSDH informó de un ataque rebelde con coche bomba contra un retén militar en la provincia de Idleb.

En Alepo, los jefes rebeldes explicaron el estancamiento de la situación militar en la batalla para controlar esta ciudad estratégica, por la escasez de municiones.

El miércoles, un doble atentado fue perpetrado contra la sede del Estado Mayor del ejército en el centro de Damasco provocando la muerte de cuatro guardias, reivindicado por un grupo yihadista, la rama de Damasco del “Tajamo Ansar al-islam” (Unión de partidarios del islam), que perdió cinco combatientes incluido un kamikaze.

En Nueva York, Túnez pidió una “fuerza árabe de mantenimiento de la paz” en Siria, haciéndose eco de la petición de Catar de una intervención miliar árabe.

Al margen de la Asamblea General de la ONU hubo entrevistas a puerta cerrada entre responsables árabes y el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, que en varias oportunidades reconoció que su misión es “muy difícil”.

“Pido encarecidamente que tratemos una vez más de encontrar una manera de avanzar” hacia un acuerdo, declaró de su lado la secretaria de Estado de Estados Unidos Hillary Clinton durante una reunión ministerial del Consejo.

Pero su homólgo ruso Serguei Lavrov culpó una vez más de este bloqueo a los “países que incitan a los opositores de Bashar Al Asad a rechazar un alto el fuego y un diálogo” con el régimen.