Grecia comenzó a vivir este miércoles otra jornada de huelga general contra un nuevo plan de rigor exigido por la UE y el FMI como condición para mantener la ayuda financiera al país, en una nueva prueba para el gobierno en el plano social.

En Atenas, los empleados del metro estaban en huelga hasta las 06H00 GMT, lo cual provocó algunos atascos en las grandes carreteras de entrada, pero globalmente la circulación en el centro de la ciudad permanecía fluida. Muchas personas decidieron llegar más tarde a la oficina, después de la reapertura de los metros, observó una periodista de la AFP.

“SOS – salven al país, pero por encima de todo a su pueblo” indican los carteles de los dos principales sindicatos, GSEE y Adedy, que convocaron una manifestación en el centro de la capital durante la tarde.

Esta jornada de acción nacional es la tercera del año, pero la primera desde la llegada al poder en junio del ejecutivo de coalición liderado por el primer ministro conservador, Antonis Samaras.

Ante el hospital Evangelismos, en el centro de la ciudad, las pancartas llaman a la huelga. Dimitri Tsiolias, radiólogo, no se hace ninguna ilusión sobre las posibilidades de éxito del movimiento.

“Hay mucha gente en huelga debido al recorte de los salarios, pero la huelga no cambiará nada. Poco importa lo que hagamos, los salarios bajarán, todo viene de la troika”, explica el médico, refiriéndose a los tres prestamistas del país, la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Un poco más lejos, la oficina de correos permanece cerrada, al igual que la mayoría de las administraciones. Las escuelas también se veían afectadas por el movimiento.

Los sindicatos GSEE y Adedy llaman a los griegos a “rechazar las nuevas medidas duras, injustas e ineficaces”.

Para Irina, de unos 30 años, que dirige una imprenta, “son sobre todo los funcionarios los que están en huelga”. “Mis empleados van a llegar tarde debido a la huelga del metro, pero no están en huelga, nunca ha servido para nada”, afirma saliendo de un taxi.

El frente sindical comunista Pame desfilará por separado.

En Atenas, unos 5.000 policías se desplegaron durante la mañana para garantizar las manifestaciones, a menudo violentas en Grecia, como durante las dos anteriores huelgas generales del año, en febrero.

El servicio de transporte hacia las islas está paralizado tras una orden de huelga de 24h que tomó efecto durante la noche.

Los controladores aéreos llamaron a observar un paro entre las 07H00 y las 01H00 GMT. Las dos aerolíneas griegas, Olympic Air y Aegen Airlines, anularon 12 vuelos y reprogramaron 28.

En un país en plena depresión, los sindicados de comerciantes, artesanos e ingenieros civiles llaman también a participar en la huelga, aunque el miércoles por la mañana los pequeños comercios del centro de la ciudad estaban abiertos en su mayoría.

A mediodía, los medios sólo cubrirán las manifestaciones.

La huelga general, apoyada por el principal partido de oposición, Syriza de izquierda radical, apunta a denunciar la nuevas medidas de recorte de presupuesto de más de 11.500 millones de euros que el gobierno discute con la UE y el FMI.

Apoyada por el principal partido de oposición, Syriza, de izquierda radical, la huelga pretende denunciar las nuevas medidas de ahorro de más de 11.500 millones de euros que el gobierno finaliza actualmente con la UE y el FMI.

Estas medidas son la condición de los dos organismos para mantener a Grecia bajo asistencia financiera, cuando una tercera operación de ayuda al país parece ganar terreno, condicionada a recortes en los salarios públicos, en las pensiones y en las prestaciones sociales.

Su adopción está prevista en el Parlamento antes del Eurogrupo del 8 de octubre para autorizar la entrega al país de 31.500 millones de euros de préstamos.