Utilizando el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Paranal de ESO, ubicado en la Región de Antofagasta, científicos estudiaron por primera vez con una nueva e ingeniosa técnica la atmósfera de un exoplaneta en detalle, incluso sin la necesidad de que pase delante su estrella anfitriona.
Los astrónomos lograron estudiar, de forma fidedigna, la estructura de la atmósfera de Tau Boötis b y deducir su masa de un modo preciso. Esto, tras 15 años de intentos por analizar el débil brillo que emiten los exoplanetas.
Para sus estudios el equipo utilizó el instrumento Crires, instalado en el VLT, combinando observaciones infrarrojas de alta calidad con un nuevo truco para extraer la débil señal del planeta a partir de la luz mucho más potente emitida por la estrella anfitriona.
“Gracias a las observaciones de alta calidad proporcionadas por el VLT y Crires fuimos capaces de estudiar el espectro del sistema con el nivel de detalle más alto logrado hasta el momento. Solo un 0.01% de la luz que vemos viene del planeta, y el resto proviene de la estrella, por lo que no fue fácil”, explicó en un comunicado de ESO el investigador principal de este trabajo, Matteo Brogi (Observatorio Leiden, Países Bajos).
La nueva técnica consistió en ver directamente la luz del planeta permitiendo a los astrónomos medir su ángulo de órbita y, de ahí, extraer su masa con precisión. Trazando los cambios en el movimiento del planeta a medida que orbita a su estrella, el equipo determinó que Tau Boötis b orbita a su estrella anfitriona con un ángulo de 44 grados y tiene seis veces la masa del planeta Júpiter.
Sorprendentemente, el equipo internacional también descubrió que la atmósfera del planeta parece más fría cuanto más se aleja de la superficie, lo contrario de lo que se esperaba.
Los resultados de este estudio se publicarán en la revista Nature.
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