Argentina y México ocupan el sitio de honor en el Festival de Otoño de París, que entre el 15 de setiembre y 31 de diciembre presenta a cientos de artistas que representan lo mejor de la danza, el teatro y la música contemporáneos a nivel mundial.

Los argentinos brillan sobre todo en el teatro, lo que es resultado de una vieja “historia de amor entre Buenos Aires y París, desde la década del 70″, con dramaturgos, directores y actores argentinos como Copi, Alfredo Arias y Jorge Lavelli, indicó Marie Collin, directora artística del Festival.

La “gran vitalidad, ironía y fuerza” del teatro argentino, en palabras de la responsable, será representada en esta 40 edición del Festival de Otoño con Claudio Tolcachir, que ofrecerá “Tercer cuerpo”, y Daniel Veronese, con “Les enfants se sont endormis”, inspirada en “La Gaviota” de Anton Chejov y con otra pieza inspirada en “La Casa de muñecas”, de Henrik Ibsen.

Vendrán también a París la argentina Romina Paula, que estrenará “El tiempo todo entero”, basado en “El Zoológico de cristal”, de Tennessee Williams, y Rodrigo García, que es, según Collins, “el más iconoclasta” de todos los dramaturgos contemporáneos, que presentará “Golgota Picnic”.

El humor negro argentino estará también presente en esta gran manifestación cultural con la pieza “La Terquedad”, del dramaturgo Rafael Spregelburd, dirigida por su compatriota Marcial Di Fonzo Bo y la francesa Elise Vigier.

Ambientada en la guerra civil española, esta obra, que forma parte de la saga de siete piezas de Spregelburd que hablan de la moral del siglo XX con un humor corrosivo, fue estrenada en julio en el Festival de Teatro de Aviñón, sur de Francia.

México brilla sobre todo sobre en la música, con una programación que reúne al compositor vanguardista Mario Lavista (1943), y a dos discípulos, Jorge Torres Sáenz (1968) y Hilda Paredes (1957), que se presentarán en la Opera de la Bastilla.

La programación del Festival había tomado en cuenta el Año de México en Francia, una ambiciosa manifestación cultural multidisciplinaria que lamentablemente nació muerto, debido a un conflicto diplomático entre los gobiernos franceses y mexicanos.

La anulación del Año de México, en marzo, “obligó al Festival a reducir sus ambiciones”, subrayó Marie Collin, explicando que, a raíz del diferendo, el gobierno mexicano anuló la participación financiera en algunos de los proyectos culturales en los que iba a participar.

El Festival había incluido en su ambicioso programa a 50 artistas mexicanos, entre ellos músicos populares del Golfo de México, como el grupo Mono Blanco, que ya no viene, y a un grupo de mujeres chamanes del estado de Chiapas (sur), que debían dar una muestra de las fuentes, ritos y tradiciones de la música mexicana.

Ese programa fue salvado del naufragio, pero quedó muy reducido, se lamentó Joséphine Markovitz, codirectora artística encargada de la música.

Pero aunque reducido, el programa incluye aún a seis actores y 22 músicos, entre los cuales dos mujeres de Chiapas. Y aunque sólo dos, su concierto será maravilloso, “un milagro”, anticipa Markovitz.

También una compañía de teatro mexicano, Lagartijas tiradas al sol, presentará dos de sus producciones, “El Rumor del incendio” y “Asalto al agua transparente”.

Aunque América Latina es la región con más presencia en este Festival, creadores de otros continentes, como la compositora austriaca contemporánea Olga Neuwirth, el coreógrafo francés Boris Charmatz y los directores teatrales Robert Wilson, de Estados Unidos, y Christoph Marthaler, de Suiza, ofrecerán sus nuevas producciones.

El Festival propone asimismo algunas de las obras escritas por el compositor estadounidense John Cage durante el último periodo de su vida, entre ellas su última, “Seventy-four for Orchestra”.

El programa de danza también es nutrido, con el ballet de Flandres y la compañía Merce Cunningham, que representará algunas de sus piezas emblemáticas, antes de ser disuelta.