Varios miles de militantes antinucleares formaron una cadena humana el domingo alrededor de la central de Fessenheim (este de Francia), la decana de las instalaciones nucleares francesas, para reclamar su cierre, constató un fotógrafo de la AFP.

Los manifestantes –entre 5.000 y 10.000 según los organizadores– vinieron de Francia pero también de las vecinas Suiza y Alemania para formar una cadena de unos 5 km.

La central, en servicio desde 1977, cristaliza la furia de los ecologistas que temen un accidente a causa de su antigüedad.

Bajo un sol de plomo, se acostaron brevemente en la carretera, golpearon ruidosamente recipientes metálicos, gritando “¡abschalten!” (“desconecten” en alemán).

Algunos mostraban pancartas donde proclamaban “Hoy Japón. Mañana Fessenheim”.

Fessenheim espera actualmente una decisión de las autoridades, que deben decidir si la compañía Electricité de France (EDF) está autorizada a explotar diez años suplementarios la central.

Esta semana, el diario Le Figaro afirmó, sin citar fuentes, que la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) francesa se prepara a dar antes de fin de junio su autorización para la prolongación, pero la ministra de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet, dijo el viernes que “no se ha tomado ninguna decisión”.

Fessenheim está situada a 1,5 km de la frontera con Alemania y a 40 km de Suiza, dos países que la explotan conjuntamente con Francia, pero decidieron abandonar la energía nuclear.