El ex presidente peruano Alberto Fujimori fue trasladado de nuevo a la cárcel este martes tras ser evaluado en un hospital por los médicos, que descartaron que el cáncer de lengua que padece sea terminal, informó el especialista encargado de su diagnóstico.
“Su caso no se puede catalogar de grave, el cáncer no es terminal, pero sí es un paciente de alto riesgo”, dijo el médico Pedro Sánchez, especialista que lo revisó en el Instituto de Enfermedades Neoplásicas de Lima.
Fujimori, de 73 años y quien permanecía internado hace cinco días luego de sufrir un sangrado en la cavidad bucal, fue trasladado en medio de estrictas medidas de seguridad a su prisión en una base policial del este de Lima, donde cumple 25 años de cárcel por violación de derechos humanos.
“Su estado no amerita que se quede hospitalizado, ya se controló la lesión y se inició el tratamiento en la cavidad oral”, precisó Sánchez señalando que se le harán controles médicos periódicos.
El médico dijo que Fujimori, quien gobernó entre 1990 y 2000, recibirá tratamiento psiquiátrico por sufrir un “cuadro depresivo severo” que le ha provocado pérdida de peso.
“Toda persona con una enfermedad neoplásica está en riesgo de tener alguna dificultad con su salud”, dijo Sánchez al recordar que el paciente tuvo cuatro operaciones desde la primera vez en que se le intervino de la lesión cancerosa en 1997.
Desde ese año hasta ahora ha perdido 16 kilos de peso. Las últimas tres intervenciones a la lengua se le practicaron cuando ya estaba en prisión tras recibir su sentencia en abril de 2009.
Más tarde Fujimori se manifestó en el primer mensaje público que se conoce de él desde que fue condenado en 2009, en un video que fue obtenido por la AFP.
“Agradezco a todos las muestras de preocupación y solidaridad por mi estado de salud. Gracias a Dios no tengo cáncer terminal”, declaró el ex mandatario.
“Seguiré en esta lucha para vencer esta enfermedad”, agregó en el video, que fue grabado en un hospital oncológico de Lima donde fue examinado.
Fujimori fue internado cuatro días después de que su hija Keiko Fujimori fue derrotada en las elecciones presidenciales del 5 de junio por el izquierdista Ollanta Humala, quien asumirá la presidencia el 28 de julio.
En los últimos días voceros del fujimorismo han reclamado que el ex presidente sea beneficiado por un indulto presidencial “por razones humanitarias” debido a que su estado de salud sería grave.
Este pedido ha generado alarma entre los defensores de los derechos humanos que señalan que se utiliza el pretexto de su salud para que sea liberado, lo que significaría dajarlo impune por los delitos por los que fue condenado.
El ex presidente (1990-2000) fue condenado en 2009 a 25 años de prisión por violación a los derechos humanos y corrupción.