La noma de televisión digital, uno de los grandes temas tecnológicos de finales de la pasada década, aún es un asunto sin resolver para Uruguay. Sin embargo, puede que el presidente se incline por adoptar la norma Japonesa por sobre la estadounidense o europea, de acuerdo a los consejos que obtendría de su par Lula da Silva.
Tal como informan en FayerWayer, hasta hace poco todos los países de suramérica se habían decidido por adoptar la norma japonesa de televisión digital (Chile lo hizo en 2009), con excepción de Uruguay y Colombia quienes adoptarían la europea DVB-T. En el caso de los uruguayos, así lo había decidido el ex presidente Tabaré Vásquez en 2007.
No obstante, el actual mandatario José Mujica sentó dudas al respecto luego de declarar que aún el tema de la norma no estaba zanjado.
Esto podría deberse a que los europeos se comprometieron a instalar laboratorios y otras cosas tecnológicas en Uruguay, pero hasta el momento no han hecho nada concreto. Desde entonces, Brasil ha querido convencer a su par para que adopten la norma asiática.
Lo cierto es que la ocasión no podría ser más perfecta pues, por estos días, Mujica se encuentra de visita en Brasil, momentos en que Lula le mostrará las bondades de la opción nipona. Por ejemplo, la posibilidad de interactuar, los sistemas interoperables, la multipgrogramación y el uso de modelos de alta definición y/o estándar, entre otros.
Lo anterior no debe extrañar pues Brasil ha hecho lobby de alguna u otra forma para que todos los países de América Latina adopten la norma japonesa de TV digital, por una parte, para tener una mayor relación televisiva entre países (antes tenían sistemas incompatibles) y, por otra parte, porque les haría muy bien a su bolsillo.
Para Brasil, a mayor número de países que se sumen a la norma japonesa, mayor volumen de usuarios y, por ende, mayor número de interesados en sus productos.
Estos productos; transmisores, dispositivos para computadores y incluso conversores de TV desarrollados con tecnología de los brasileños; se confeccionan en empresas japonesas-brasileñas y podrían llegar a significar ganancias de más de 4 mil 500 millones de dólares en los pŕoximos 3 años sólo en Brasil, como informaron en El Economista.
Sin embargo, hasta el momento el presidente uruguayo no tiene claro con cuál norma deberá quedarse pese a que Brasil ha demostrado ser muy persuasivo en esta decisión.