El responsable de la ONU sobre clima, Yvo de Boer, sigue confiando en que la comunidad internacional alcance un acuerdo “muy preciso” en la conferencia de Copenhague de diciembre, pero para ello es necesario que Estados Unidos se implique seriamente, declaró el lunes a la AFP.
“Creo que tendremos un acuerdo muy preciso” en Copenhague, declaró De Boer en Bruselas, adonde acudió a una reunión de ministros europeos de Medio Ambiente preparatoria de la cita del 7 al 18 de diciembre, llamada a forjar un compromiso mundial que suceda al Protocolo de Kioto contra el cambio climático.
De Boer confió en obtener “objetivos (de reducción de emisiones de CO2) de los países más ricos, una aclaración de qué es lo que están dispuestos a hacer grandes países en desarrollo como India y China y una lista de contribuciones” para financiar la lucha contra el calentamiento global en los países pobres.
El responsable de la ONU se felicitó además de las promesas formuladas por Brasil, Corea del Sur, Rusia y Japón para contribuir a frenar el aumento de las temperaturas, reconociendo que la “cuestión clave es ahora Estados Unidos”.
“Creo que el presidente estadounidense, Barack Obama, puede venir a Copenhague con un objetivo (de reducción de emisiones) y una contribución financiera (a los esfuerzos de los pobres)”, agregó.
De Boer estimó que Obama “no necesita” finalizar el texto legislativo sobre cambio climático, sometido actualmente al debate parlamentario, antes de la conferencia de Copenhague: “Ningún país que firmó el acuerdo de Kioto había adoptado previamente un texto legislativo, todos lo hicieron después”, recordó.
Actualmente, el proyecto de ley propuesto por Obama se encuentra en el Senado y es ligeramente más ambicioso que el aprobado por la Cámara de Representantes en junio.
El texto propone un objetivo de reducción de los gases de efecto invernadero de 20% para 2020 en relación a los niveles de 2005, frente al 17% adoptado por la Cámara.
No obstante, estas metas están por debajo de las que la Unión Europea ha puesto sobre la mesa: Los 27 se comprometieron a recortar en un 20% sus emisiones para 2020 respecto a los niveles de 1990, y están dispuestos a elevar ese porcentaje al 30% si el resto de países ricos suscriben el compromiso.