Intervención consciente: iniciativa enfatiza que proteger 30% del planeta trae ventajas económicas

Créditos: Parque Nacional Vicente Pérez Rosales | Francisco Negroni | Agencia UNO
Por Francisca Rivas
La información es de Comunicado de Prensa

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Miércoles 09 septiembre de 2020 | Publicado a las 18:17

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La publicación del informe Los beneficios económicos de proteger el 30% de la Tierra y el océano del planeta supera hasta cinco veces los costos de no hacerlo marca un hito sobre la concepción y necesidad de incrementar las áreas protegidas.

El documento pone énfasis en evidencia científica que indica que la economía mundial se vería beneficiada de la protección y cuidado de la naturaleza, y contribuiría a evitar el colapso del mundo natural, que ahora amenaza hasta un millón de especies con la extinción.

El trabajo ha sido catalogado como el estudio científico más trascendental en materia ambiental de la década, es también conocido como el Reporte Waldron y está avalado por más de 100 especialistas, economistas y científicos, que aseguran que la protección del 30% de la Tierra y ecosistemas aportaría beneficios que superan hasta cinco veces los costos de estas inversiones.

“Es el primer análisis en la historia sobre los efectos que las áreas protegidas tienen sobre diferentes sectores económicos, como la agricultura, pesca y la explotación forestal”, indica Campaign for Nature, una alianza estratégica entre la National Geographic, la Wyss Campaign y otras 100 organizaciones ambientalistas en todo el mundo.

El estudio midió los impactos financieros de las áreas protegidas sobre la economía global y los beneficios no monetarios, como los servicios de ecosistemas, que incluyen la mitigación del cambio climático, la protección contra inundaciones, acceso a agua limpia y conservación del suelo.

La intervención consciente: apuesta privada chilena para proteger la naturaleza

Chile posee una riqueza natural extraordinaria y es uno de los principales hotspots de biodiversidad en el mundo, con ecosistemas únicos de enorme valor ecológico para la humanidad. Es acá donde se están creando modelos de inversión en naturaleza que son amigables y compatibles con estos propósitos que menciona el Reporte Waldron.

La intervención consciente es un modelo formativo creado por Felipe Escalona, gerente general de Activo Austral, cuya finalidad es educar sobre la importancia de la naturaleza, su cuidado y la sustentabilidad de la presencia de los seres humanos en el entorno.

Este modelo, más que condicionar a otros sobre la conservación, busca dar a conocer, a través de la experiencia, estos lugares únicos, de forma que las personas comprendan cuán importante es cuidarlos, generando un sistema de negocios en torno a ellos.

“Lo primero que la gente piensa cuando le hablan de conservación ecológica es en mantener un lugar sin presencia humana, intocable. Pero esa separación de la persona y la naturaleza no necesariamente produce cambios de consciencia, ni de conducta. Nos dimos cuenta de que, aunque el concepto es idílico, en la práctica dificulta generar cambios de mentalidad e impide que las personas entiendan la importancia de cuidar esos espacios”, dijo Escalona.

Así entonces, es a través de la experiencia en estos lugares únicos, donde las personas comprenden cuán importante es cuidar de ellos. Es por esto que es tan importante que cada vez más gente se involucre en conocerla, preservarla, defenderla y disfrutarla.

Más allá de un concepto audaz, la intervención consciente se trata de una actitud frente a la naturaleza, dijo Escalona.

“La protección de la naturaleza es importante en muchos ámbitos, por ello es fundamental el rol que debe desempeñar no sólo el Estado, sino todos los privados, más allá de los aportes que se pueden obtener a través de filántropos”, explica Escalona.

“Por ello, es vital generar formas más democráticas de participación, que se alineen con los intereses de la comunidad y la cultura en todos sus ámbitos, incluso el económico. Quizá alguien no pueda ser dueño de un millón de hectáreas, pero sí puede acceder a tener 10 y contribuir a cuidar y proteger, al mismo tiempo que su inversión se valoriza por la misma importancia que va adquiriendo la protección de la naturaleza para la economía”, añade.

Parque Nacional La Campana | Pablo Ovalle | Agencia UNO

Alcanzar la meta para 2030

“La idea de proteger el 30% para 2030 (que es la meta del Convenio de la ONU sobre la Diversidad Biológica) no sólo es buena y esperanzadora, sino necesaria. La mayoría de las personas se paralizan en su miedo, cuando deberían enfocarse en el porqué y el cómo”, puntualizó sobre este tema Kristine Tompkins, presidenta de Tompkins Conservation Chile, en entrevista reciente.

Tompkins comparte su mirada sobre la crisis climática, la pandemia, los parques nacionales y el futuro: “¿Es factible el 30% para 2030? Por supuesto, pero eso no significa que sea fácil. Por ejemplo, California tiene casi el 30% de su territorio protegido y es la quinta economía más grande del mundo. Chile tiene hoy el 25% de sus tierras protegidas y el 40% de su área marina con algún grado de protección. ¿Esto ha afectado la parte económica del país? No. El 30% para el 2030 es posible, aunque no simple, y es esencial si queremos tener un mundo con futuro”.

El Gobierno de Chile acaba de aprobar la creación de tres nuevos santuarios de la naturaleza que pasarán a formar parte del Plan Nacional de Protección de Humedales:Meullín Puye, Arcos de Calán y Piedra del Viento – Topocalma. Las nuevas zonas protegidas, ubicadas en las regiones de Aysén, Maule y O’Higgins, respectivamente, son reconocidas por ser el hábitat y refugio de especies nativas y endémicas de flora, fauna y de alta productividad biológica.

La noticia fue valorada positivamente por la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt: “Estamos superando las 220 mil hectáreas protegidas en el Plan Nacional de Protección de Humedales 2018-2022″.

Beneficios para todos: económicos, sanitarios, ambientales

Es un hecho que la alteración en el equilibrio de los ecosistemas, ya sea por degradación o destrucción directa de hábitats, la pérdida de biodiversidad, sobreexplotación, contaminación, urbanización y la introducción de especies en un contexto de cambio climático cada vez más agudo, aumentan el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas transmisibles al ser humano.

Cerca del 60% de las enfermedades infecciosas existentes son zoonóticas, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Se estima que aproximadamente el 43,6% de las zoonosis presentan distribución mundial, algunas de carácter grave como el ébola, la gripe aviar, el síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS), el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), el virus del Nilo, el virus del Zika y el SARS-COV-2, causante del COVID-19.

Todas estas enfermedades están vinculadas a actividades del hombre. Por ejemplo, la gripe aviar tuvo su origen en la producción avícola intensiva y el brote de ébola en África tuvo su origen en la deforestación.

Actualmente, alrededor del 15% de la tierra y 7% del océano del mundo tienen algún grado de protección. La investigación revela que las protecciones adicionales llevarían a un promedio anual de 250 mil millones de dólares más en resultados económicos y un promedio anual de 350 mil millones de dólares en servicios de ecosistemas mejorados, en comparación con el estado actual del planeta.

Proteger la naturaleza también brinda significativos beneficios en materia de salud mental y física y reduce el riesgo de nuevos brotes, un valor que no ha sido aún cuantificado pese a los extraordinariamente altos costos económicos de la pandemia.

“Nuestro informe muestra que la protección en la economía actual aporta aún más ingresos que las alternativas, al tiempo que ayuda a prevenir el cambio climático, la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad y las enfermedades. Aumentar la protección de la naturaleza es una política sólida para los gobiernos. No se le puede poner un precio a la naturaleza, pero los números económicos apuntan a su protección”, expresó Anthony Waldron, el autor principal del estudio e investigador especializado en finanzas conservacionistas, pérdida de especies y agricultura sostenible.

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