A quién no le ha pasado que en medio del silencio de la noche, un sonido gutural y áspero rompe la calma. Es el famoso ronquido, que tiene a millones de víctimas a nivel mundial, a quienes lo padecen y a los de sueño liviano que lo sufren.

Pese a ser muy común en la población, no por eso deja de ser un problema inocuo, si no que al contrario, revela la presencia de más de una enfermedad.

Se trata del (molesto) sonido que hace el aire al pasar por los músculos relajados de la garganta, especialmente cuando la lengua está retraída. Según explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, durante la respiración las paredes de la garganta vibran, provocando el ronquido.

Pero más allá de la molestia para la pareja e incluso en algunos casos para el resto de la familia, lo cierto es que este problema tiene una serie de causas y puede ser síntoma de otra enfermedad más compleja.

El factor más común de la roncopatía, por supuesto, es el sobrepeso, debido a la presión que ejerce el tejido adiposo del cuello en la garganta. Asimismo, puede deberse a una desviación del tabique nasal, pólipos o la congestión propia de una alergia o resfriado.

Otra causa tiene que ver con algo congénito, como por ejemplo tener una lengua más ancha en la base, o que sea más grande respecto de la cavidad bucal. Aunque, también el ronquido podría ser causado por alguna hinchazón en el paladar blando.

En el caso de las mujeres, se cuenta la hinchazón de tejidos durante el último mes de embarazo. Mientras que en personas fumadoras, también se presenta al tener las vías respiratorias inflamadas y bloqueadas.

Y en los niños, generalmente se relaciona con la inflamación de las adenoides y las amígdalas, bloqueando las vías respiratorias.

Por último, en los ancianos el ronquido puede deberse a que con el paso de los años se pierda el tono muscular, provocando la relajación de los tejidos. Esto último, sin embargo, también puede ser causado por el uso de pastillas para dormir, antihistamínicos o alcohol a la hora de irse a la cama.

Lo más grave, es que la roncopatía al impedir un descanso fluido, provoca ansiedad y somnolencia. Y a medida que pasan los años, los problemas de oxigenación van generando pérdida de memoria y otras funciones cognitivas, a lo que se suma el riesgo de sufrir un infarto o un con el paso del tiempo, la oxigenación inadecuada ocasiona problemas de memoria, atención, aprendizaje e incluso riesgo de infarto y un accidente cerebrovascular, debido a que se elevan los niveles de triglicéridos.

Por otro lado, Reyes Haro Valencia, director de la Clínica del Trastorno del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México, advierte que al interrumpir la tercera etapa del sueño, o sueño profundo, el ronquido provoca alteraciones en la producción de las hormonas de saciedad y crecimiento, lo que explicaría el aumento de peso de algunas personas y el desarrollo del síndrome metabólico.

Apnea del sueño

Pero además de todos los factores anteriores, el mayor peligro que representa el roncar es que podría tratarse de un complejo transtorno, llamado síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS).

Según MedlinePlus, esta situación se provoca cuando la persona deja de respirar total o parcialmente por más de 10 segundos, durante el sueño. Luego, sobreviene un jadeo y comienza nuevamente a respirar.

Generalmente tras la apnea, el paciente despierta sin darse cuenta, para seguir roncando. Esta situación se repetirá por la noche.

De acuerdo a Reyes Haro, “aunque en algunas ocasiones se presenta el llamado ‘ronquido simple’ –que no produce interrupción de la respiración, sólo el sonido–, en la mayoría de los casos es un importante indicador de padecer el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño, en el que la respiración se detiene por uno o más segundos después de tres o cuatro ronquidos”.

Técnicas para combatir el ronquido

Así como el sobrepeso es la principal causa del ronquido, el bajar algunos kilos es la primera recomendación para aliviar el sueño de su pareja.

Mientras adelgaza, pruebe evitando dormir boca arriba y no consumir bebidas alcohólicas, comidas abundantes y medicamentos que le provoquen somnolencia antes de acostarse.

Otra técnica es la de Mike Dilkes y Alexander Adams, ambos médicos, quienes recomiendan un sencillo ejercicio de no más de 5 minutos en su libro Stop Snoring The Easy Way (“Termine de roncar de la manera más fácil”), para fortalecer los músculos de la garganta.

Lo primero es abrir al máximo la boca y sacar la lengua lo más afuera posible, para luego moverla de arriba a abajo y de lado a lado, mientras tatarea alguna melodía.

Ahora bien, si estas recomendaciones no le funcionan, busque ayuda con algún especialista para ver la posibilidad de usar un dispositivo de respiración, siempre bajo la supervición médica, especialmente si presenta problemas de atención, concentración o memoria, aumenta de peso o tiene dolores de cabeza en la mañana.

No obstante, siempre hay que tener presente que no existe una cura propiamente para este problema y que todo lo que se puede hacer es controlar los ronquidos para evitar ser desterrado del dormitorio y terminar durmiendo solo.

Aunque, en casos graves, se podría efectuar una uvulopalatofaringoplastia, en donde el cirujano extirpará una parte del velo del paladar o de la úvula. Asimismo, en el caso de los pólipos, se puede recurrir a la cauterización de los tejidos blandos, aunque en casos muy excepcionales.