Los países de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos abordarán este martes en París la estrategia a adoptar para frenar el avance del grupo Estado Islámico en Irak y en Siria, donde los 4.000 bombardeos lanzados en diez meses no consiguieron detener a los yihadistas.

La reunión, en presencia del primer ministro iraquí Haider al Abadi y de representantes de organizaciones internacionales, debe permitir analizar la estrategia de la coalición, que consiste actualmente en bombardear y en formar a soldados iraquíes o a la rebelión moderada en Siria.

Sin embargo, los esfuerzos de la coalición no impidieron una debacle del ejército iraquí en Ramadi ni detener el uso de “camiones bombas”.

Los planes de Irak para reconquistar la ciudad de Ramadi, en manos del EI, será el tema dominante del encuentro entre los ministros de Relaciones Exteriores en París, dijo un alto funcionario estadounidense.

“Vamos a discutir con el primer ministro Al Abadi su plan para liberar Ramadi y la provincia de Anbar”, dijo el funcionario, que pidió mantener el anonimato.

El jefe de gobierno iraquí debe explicar a los miembros de la coalición cómo piensa recuperar la ciudad y la provincia de Al Anbar, y cuál debe ser la ayuda de sus socios internacionales.

Los iraquíes esperan poder movilizar a las tribus sunitas para reconquistar esta provincia, pero Bagdad también debe tomar rápidamente el control de las milicias chiitas que hasta el momento han asumido la mayor parte de los combates contra el EI.

El papel de estas milicias chiitas, apoyadas por Teherán, preocupa a Washington. “Es muy importante que todas las fuerzas estén sometidas al mando y al control del gobierno y del primer ministro iraquí. Es uno de los elementos fundamentales del plan”, subrayó el responsables estadounidense.

Los bombardeos ‘no bastan’

La coalición continuó con los ataques aéreos estas últimas 24 horas contra posiciones yihadistas en Irak, especialmente en Al Anbar, y en Siria, en la provincia de Hasaka.

El jefe del parlamento iraquí, Salim al Juburi, declaró a la AFP que estos ataques eran “importantes para impedir a los yihadistas avanzar, pero no bastaban para poner fin a los combates”.

El EI, un grupo extremista sunita, siembra el terror en Irak y en la vecina Siria, donde expulsó a las fuerzas gubernamentales del centro y avanzó en el norte de este país sumido desde hace cuatro años en una guerra.

En uno de los ataques más mortíferos este año en Irak, 37 personas perdieron la vida en un atentado suicida con un vehículo blindado cargado de explosivos que se estrelló contra una base de la policía federal entre Samarra y el lago Tharthar, al noroeste de Bagdad, indicaron oficiales.

“Los muertos son sobre todo policías”, indicó un médico del hospital de Samarra. Otras 33 personas resultaron heridas.

Aunque el ataque no ha sido reivindicado, el modus operandi recuerda al utilizado por los yihadistas del EI, quienes usaron una treintena de estos “camiones bomba” en su conquista el 17 de mayo de Ramadi, la capital de Al Anbar.

Desde el lanzamiento de su ofensiva el 9 de junio de 2014, el EI, acusado de perpetrar crímenes contra la Humanidad, se ha hecho con el control de varios sectores de Irak y de Siria, donde proclamó un califato.

En Siria, el mes de mayo registró el mayor número de muertes desde principios de 2015 con 6.657 fallecimientos, en su mayoría soldados y yihadistas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Más de 220.000 personas perdieron la vida desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.