La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, mostró su confianza en que el estadio Arena da Baixada de Curitiba, bajo advertencia de la FIFA de quedar fuera del Mundial por retrasos en la obras, estará listo a tiempo.

“No es posible apostar por lo peor. Por el contrario. Yo creo que todos, el gobernador, el alcalde, los empresarios responsables por el estadio de Curitiba, van a hacer el estadio en el plazo”, dijo Rousseff tras inaugurar el jueves el estadio Arena das Dunas en Natal (noreste), otra de las 12 sedes mundialistas.

“Es algo que tengo seguridad. Brasil tiene que apostar a su favor y no en contra”, aseveró, luego de la ceremonia, en donde también estuvo el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke.

El martes, Valcke advirtió que la situación en Curitiba (sur) es de “emergencia” y que podría quedar fuera del Mundial si no aceleraba el ritmo de las obras.

“Como está hoy es un peligro. No hay una fecha límite, no hablamos más de eso. El 18 de febrero vamos a ver lo que se está haciendo”, agregó.

La campeona España tiene previsto concentrarse en Curitiba, en cuyo estadio además debe disputar un partido.

El plazo de entrega de estadios estaba originalmente fijado para 31 de diciembre por la FIFA, que quería un período de seis meses para llevar a cabo todas las pruebas necesarias antes de la Copa Mundial.

No obstante, al igual que el de Curitiba, el coloso Arena Corinthians de Sao Paulo, sede de la inauguración del torneo el 12 de junio, también está retrasado, después de un fatal accidente durante las obras en noviembre pasado, que causó dos muertos.