La vida de Rooie Marck, un ciudadano holandés de 54 años, era prácticamente desconocida hasta fines de junio del presente año.

Y es que por esos días Marck pasó a la historia al ser recibido por la barra del club de sus amores, el Feynoord, con cánticos, lienzos y bengalas.

¿La razón? Resulta que el fanático de la escuadra de Rotterdam había sido diagnosticado de cáncer terminal, por lo cual pidió a sus amigos como último deseo en vida estar en el entrenamiento de su escuadra, ya que parte de su rutina de vida era seguir y apoyar a su equipo.

Así, sus cercanos armaron toda una “fiesta” -con ayuda de la dirigencia y del propio cuerpo técnico- en homenaje al compañero que prontamente los dejaría.

En las imágenes del momento se puede ver a Marck completamente emocionado por el cariño de los que consideraba “hermanos” de gradería, pues sabía que no podría volver estar en su tribuna nuevamente.

Sin ir más lejos, tres días después de este acontecimiento en la práctica del plantel Rooie Marck falleció… aunque se pudo ir de este mundo con la tranquilidad de estar en su segundo hogar, el estadio de su club, antes de morir.

A continuacion las imágenes del homenaje a Marck por pate de la hinchada del Feynoord.

http://youtu.be/WzqbHHbeF6M