Sin duda, todos recordamos nuestros experimentos en las clases de Química y Biología, cuando por ejemplo, debíamos estudiar el proceso de germinación de un poroto durante varios días. Entusiasmados, a veces, le agregábamos más agua al frasco que lo cobijaba, deseosos de saber qué pasaba.

Esta semana, los futuros talentos del Colegio San Vicente quisieron celebrar de una forma entretenida y, sobre todo, didáctica el Año Internacional de la Química, con la organización de una Feria Científica-Tecnológica que reunió una decena de módulos, que daban cuenta del trabajo y compromiso que los alumnos de primero a octavo básico pusieron en cada una de las exposiciones.

Por ejemplo, Belén Caniupal y Daniel Vega de sexto básico, dilucidaron el misterio del “huevo atrapado”, mientras que Esteban Lazcano y Daniel Cartes, de octavo básico explicaron a sus compañeros y profesores el porqué de la combustión del “Frugelé en llamas”. Otros stands que asombraron a los visitantes fueron “un globo indestructible”, “agujero en el agua” y el clásico “teléfono”.

Ana María Landskron, destacada docente ganadora de varios proyectos Explora Conicyt, cuenta que esta iniciativa “busca despertar la curiosidad y espíritu científico de los alumnos y motivarlos a que se conviertan en los futuros científicos del país”.

Para ello, señaló el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, “todos los establecimientos educacionales porteños están ejecutando el Programa del Área Científica Tecnológica. Y estos días fue el turno de la conmemoración de la Semana de la Ciencia y la Tecnología, un esfuerzo que apunta a convertir a nuestras aulas en el semillero de los futuros investigadores del país”.