Desde que se anunció el cierre temporal de entretenimientos Gioco, para regresar en agosto remodelado como una cafetería temática, cientos de penquistas han expresado su pesar por la pérdida de uno de los lugares que marcaron no sólo sus infancias, sino en muchos casos, su juventud y adultez.
Inaugurados en 1980, los Gioco eran el último bastión local de videojuegos arcade -también conocidos como flippers- muy populares durante las décadas de los 70, 80 y 90, hasta que las consolas hogareñas y los computadores los superaron en posibilidades y se llevaron la diversión a la intimidad de las casas.
Pero para quienes asistieron desde pequeños junto a sus familias o preferían el ambiente social y ruidoso de un local de juegos, los Gioco eran un sitio tanto de relajación como de nostalgia. Y así lo han hecho saber muchos de ellos, que a diario dejan mensajes de afecto en las vitrinas del recinto, agradeciendo los años de diversión y contando sus historias personales.
Una de las más notables es la de una mujer identificada como Nancy, quien asegura que, a sus 60 años, los Gioco le ayudaron a superar una desilusión amorosa.
“Gracias Gioco. Las máquinas multibola (flippers) me ayudaron a sacar toda la ira acumulada por un desamor. Y como no le podía pegar a nadie… ¡me desahogué con las máquinas!… por mucho tiempo”, relata la mujer en un trozo de papel.
“Creo que era el único que pagaba por jugar Super Mario… sólo porque estaba aquí. ¡Esperamos con ansias tu regreso!”, indica otro anónimo escrito.
También existen testimonios de cómo diferentes generaciones se dieron cita en el local. “Te extrañaré. Me acompañaste en mi infancia, adolescencia y ahora traía a mis hijos. ¡Adiós Gioco! Sara”, consigna.
Recordemos que la cafetería de los Gioco permanecerá abierta durante mayo, cuando el local será completamente cerrado para reabrir en agosto como una cafetería consagrada a los entretenimientos de los años 80, donde las fichas se regalarán a los clientes.
A continuación, algunos de los mensajes más emotivos o graciosos dejados por sus visitantes:
Christian Leal | BBCL
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