Para quienes queremos a los animales, una de las preocupaciones en caso de catástrofes es su bienestar. Sobre todo el de aquellos que no tienen a alguien que los pueda guiar al momento de una evacuación.
Probablemente no sabían qué pasaba, para dónde ir o a quién seguir. Los animales abandonados no conocen otro hogar que no sea la calle, por lo que tras el terremoto que sacudió el norte del país, la angustia y el temor se reflejaban en sus expresiones.
Pero no todos corrieron la misma suerte, ya que también están aquellas mascotas que tienen un dueño que se preocupa por ellas a la hora de evacuar. En diversas zonas de seguridad, la gente llevaba a sus animales, tratando de brindarles calma y cobijo en un momento de completa incertidumbre.