Rusia aspira a relaciones “respetuosas” con Ucrania pero no con el gobierno interino que remplazó al de Viktor Yanukovich, que sigue siendo el presidente legítimo, dijo el lunes el primer ministro ruso Dmitri Medvedev, que advirtió contra un nuevo baño de sangre en el país vecino.

“Sí, la autoridad del presidente Yanukovich es casi insignificante, pero no borra el hecho de que, según la Constitución ucraniana, es el jefe de Estado legítimo”, escribió Medvedev en su página Facebook.

Yanukovich, destituido por el parlamento, reapareció el viernes pasado en Rusia, después de cinco días sin dar noticas de su paradero, y afirmó que estaba decidido a a regresar al poder en Kiev.

Y Rusia, su aliada, está dispuesta a desarrollar “relaciones multifacéticas y respetuosas con el país hermano Ucrania”, pero no con las autoridades interinas que remplazaron a Yanukovich, escribió Medvedev.

“Ucrania no es para nosotros el grupo de personas que se apoderó del poder después de haber derramado sangre” y haber violado “la Constitución y las otras leyes de su estado”, agregó Medvedev.

“Es todo el país. Con gente de todo tipo. Ucranianos, rusos, tártaros, judíos. Comunidades diferentes que viven en armonía”, sostuvo Medvedev.

El primer ministro dijo por otra parte que si Yanukovich había cometido crímenes, se hubiera debido llevar adelante un procedimiento de destitución que respetara la “Constitución ucraniana”.

“Todo lo demás es arbitrario. Una toma de poder. Y eso significa que ese nuevo orden será muy inestable. Eso culminará en un nuevo golpe de Estado. Un nuevo baño de sangre”, advirtió.

“Rusia necesita una Ucrania fuerte y estable. Un socio solvente y fiable. Y no un socio pobre que pasa todo su tiempo mendigando”, agregó Medvedev.